EN EL ANIVERSARIO DE SU NACIMIENTO
Sebastián Francisco de Miranda y Rodríguez Espinoza nació en Caracas el 28 de marzo de 1750, en una época en que la Corona española intensificaba las fortificaciones en Venezuela para frenar los intentos de potencias extranjeras por establecerse en nuestra tierra.
Tres años antes del nacimiento de Simón Bolívar, Miranda ya mostraba su vocación libertaria. El 28 de abril de 1780, se embarcó hacia La Habana como capitán del regimiento de Aragón, y su viaje lo llevaría a convertirse en un pionero de la independencia hispanoamericana.
A medida que Bolívar crecía, Miranda se reunió con figuras clave como George Washington y Alexander Hamilton, esbozando sus planes para liberar al continente. Su valentía brilló el 12 de septiembre de 1792, cuando obligó a los batallones prusianos a retroceder en Valmy, donde fue ascendido a General del ejército francés.
El 3 de agosto de 1806, Miranda desembarcó en La Vela de Coro, izando la primera bandera libertaria y marcando el inicio de un nuevo capítulo para Venezuela. Hoy, si Miranda viviera en este siglo XXI, seguramente izaría nuevamente la bandera de la democracia y la libertad.
En un contexto donde Nicolás Maduro desconoce los resultados electorales del 28 de julio, despojando al pueblo venezolano del triunfo legítimo de Edmundo González Urrutia bajo el liderazgo de María Corina Machado, Miranda se alzaría de nuevo con firmeza. No dudaría en convocar a la nación a las calles para defender ese triunfo y restaurar el orden democrático que él tanto anhelaba.
La historia nos enseña que el compromiso por la libertad es un legado que trasciende generaciones. Así como Miranda luchó por una Venezuela libre, hoy debemos unirnos para reclamar nuestros derechos y forjar un futuro donde la voz del pueblo sea escuchada y respetada. Su espíritu libertario sigue vivo entre nosotros, recordándonos que la lucha por la democracia es continua, necesaria y hasta el final.
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