Uno de los programas más afectadas por el recorte de fondos de la Usaid en toda la región es la gestión migratoria. En 2024, esta oficina estadounidense aportó 2.400 millones de dólares en ayuda humanitaria para América Latina.
Lo que comenzó como una medida temporal de 90 días para «reducir el gasto público y la burocracia, reevaluar la eficacia de los programas y prevenir el posible uso indebido de los fondos» se ha transformado en suficientes para cubrir el vacío dejado por Usaid», lo que obliga a los Gobiernos a asumir un rol más activo en la sostenibilidad de las iniciativas de atención a migrantes.
Freno al acompañamiento técnico
La reducción de la cooperación estadounidense también afecta áreas técnicas claves en Brasil y Perú, donde las autoridades han expresado preocupación por la posible disminución de fondos destinados a la protección de la Amazonía y la lucha contra el narcotráfico.
En Brasil, Usaid firmó en 2015 un acuerdo con el Gobierno para destinar 300 millones de dólares hasta 2030 para la preservación del ecosistema amazónico y el bienestar de comunidades rurales. Aunque el programa sigue en marcha, algunas ONG locales han recibido notificaciones de suspensión de financiamiento, lo que genera incertidumbre sobre el futuro de iniciativas como la asistencia alimentaria a migrantes en Roraima (norte).
Mientras tanto, en Perú la suspensión podría afectar el acceso a 630 millones de dólares hasta 2030 y a unas sesenta ONG que dependen de esos fondos. Aunque el Gobierno ha asegurado que programas clave como la lucha contra el narcotráfico y la protección del Amazonas no se verán afectados, reconoce que las organizaciones no gubernamentales sí podrían verse perjudicadas.
Para Dickinson, la cancelación abrupta de estos programas no solo deja sin apoyo a quienes buscaban mejorar sus condiciones de vida, sino que también expone a los líderes comunitarios a la incertidumbre y posibles represalias.
«La confianza de las comunidades en el respaldo internacional se ha visto gravemente afectada, generando un vacío que podría ser aprovechado por actores ilegales», agrega.
Salud, educación y desarrollo rural, también afectados
En tanto en Guatemala, el congelamiento de 275,3 millones de dólares pone en riesgo proyectos en áreas como justicia, educación, salud, derechos de las mujeres y agricultura, mientras que en Honduras, donde en 2024 se recibieron cerca de 100 millones de dólares, sectores clave como educación, salud, agricultura y atención a migrantes, así como la lucha contra la corrupción, se verán afectados.
Aunque el Gobierno de Xiomara Castro minimiza la medida, organismos como el Consejo Nacional Electoral (CNE) y la Defensoría de Movilidad Humana alertan sobre sus efectos, especialmente en la protección de víctimas de desplazamiento forzado.
A pesar de la cercanía ideológica entre Nayib Bukele y la Administración Trump, en El Salvador el retiro de fondos también pone en peligro iniciativas centradas en el desarrollo humano, empleo, educación, transparencia, innovación, inversión y alianzas para el crecimiento económico.
En México, la presidenta Claudia Sheinbaum ha celebrado la suspensión de la ayuda al considerar que ha financiado a grupos opositores, pero organizaciones que apoyan a migrantes, mujeres y personas LGBTI alertan del riesgo de desaparecer.
De hecho, en el sur del país, Usaid movilizó cerca de 30 millones de dólares para proyectos y generó 250 millones de dólares en inversión entre 2021 y 2023, según datos oficiales.
En República Dominicana, el presidente Luis Abinader, instó esta semana al secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, a restablecer la ayuda humanitaria a Haití para evitar una crisis migratoria y respaldar la Misión Multinacional de Seguridad, y le advirtió de que la situación representa una amenaza regional que requiere una respuesta coordinada.
La reducción generará un enorme vacío que los Gobiernos deberán afrontar, porque la aportación estadounidense representaba hasta ahora el 47 por ciento del gasto global en asistencia humanitaria, «un reto presupuestal significativo, en un contexto de desafíos fiscales comunes en toda la región», advierte Elizabeth Dickinson.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario