Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

martes, 28 de enero de 2025

Nocaut en el primer asalto


Gustavo Petro quedó tumbado en la lona tras el primer par de manotazos de Donald Trump. No es una buena noticia, aunque muchos se alegren de que alguien que se hace la vista gorda con Nicolás Maduro sufra un traspié semejante, y este es aún de pronóstico reservado. Y no es buena porque el tema de los migrantes requiere mejores defensores que el presidente de Colombia y pone en evidencia, una vez más, la inconsistencia política de la región, que crea un organismo tras otro para la supuesta defensa de la integración y luego cada quien actúa por su cuenta y hasta de manera disparatada.

El medio independiente colombiano La Silla Vacía, creado y dirigido por la reconocida y premiada periodista y escritora Juanita León, echa el cuento del impasse diplomático -así lo llama el aún canciller colombiano Luis Gilberto Murillo- en este artículo titulado “Trump doblega a Petro y lo usa como ejemplo para América Latina”. Un mal ejemplo, el de un presidente hablador y derrotado.

En 20 horas, un round largo en términos boxísticos, Gustavo Petro “pasó de defender con bravura ‘la dignidad latinoamericana’ , invocando a Aureliano Buendía y a Salvador Allende, a ceder sin condiciones, y bajo una amenaza aún latente, al manoteo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump”, según el análisis de La Silla Vacía.  Da pena ajena este primer desenlace (salvo que a Trump se le conceda siempre la victoria de partida), al igual que lo da el post que Petro dejó fijado en su cuenta de X porque, además de largo, es un despropósito que hará preguntarse a una buena parte de los colombianos en qué estaba pensando, sí estaba pensando, su presidente cuando banalizó de tal manera un asunto tan delicado y tan doloroso como la deportación de compatriotas desde Estados Unidos.

El domingo, a las 3:00 am, Petro difundió en X -su política de post lo condena con frecuencia- que recibiría con banderas y flores los aviones de Estados Unidos con migrantes, lo que luego borró. Media hora después en un segundo mensaje dijo que “No pueden tratar a los migrantes como delincuentes” y revocó el permiso para el arribo de los aviones militares con sus compatriotas. Ahí se desató la tormenta. Trump respondió con una serie de sanciones comerciales, que Petro trató de igualar. A las 10:00 de la noche, sin embargo, el canciller Luis Gilberto Murillo, en sus últimas gestiones al frente de la política exterior colombiana, informó que su país aceptaría “a los colombianos y a las colombianas que retornen en condición de deportados”.

El resumen del episodio para el gobierno de Trump concluyó con un mensaje rotundo y severo: “Los acontecimientos de hoy (por el domingo) dejan claro al mundo que América (es decir, Estados Unidos en su lenguaje) ha vuelto a ser respetada. El presidente Trump seguirá protegiendo ferozmente la soberanía de nuestra nación y espera que todas las demás naciones del mundo cooperen plenamente para aceptar la deportación de estos ciudadanos que se encuentran ilegalmente en Estados Unidos”.

Una dura lección en 20 horas tensas. Petro queda en el alambre y, para más desazón en su país, en unos días entregará la Cancillería a Laura Sarabia, que comenzó como jefa del primer gabinete del presidente colombiano, fue separada de su cargo por un escándalo de abuso de poder, y ahora, con 30 años de edad, es promovida a la altísima responsabilidad de dirigir la política exterior sin contar con experiencia diplomática, como lo recuerda La Silla Vacía. ¿En qué estará pensando Gustavo Petro? 

EL NACIONAL.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario