Cuando Bolívar entró de nuevo a Caracas, ahora victorioso contra el sanguinario Domingo Monteverde. Aquella tarde del viernes 6 de agosto de1813, la ciudad se convirtió en un solo remolino con la gente alborotada porque estaban entrando las tropas libertadoras.
Desde todas las esquinas se escuchaba:
¡Viva nuestro Libertador! ¡Viva el ejército patriota! ¡Viva Venezuela! La emoción
era incontenible; y con mucha razón, Monteverde, había impuesto un régimen de
terror y silencio sobre los caraqueños, una vez que impuso su gobierno cuando
se perdió la primera República.
Bolívar desmontó su caballo, y de
inmediato, muchachas vestidas de blanco y con ramilletes de flores se le
acercaron para rendirle homenaje, los cañones de salva retumban la ciudad, las
bandas musicales no paraban y las campanas repicaban sin cesar en homenaje a
sus libertadores.
Ese mismo día comunicó a la Nueva Granada:
“Cuando mi alma se haya recobrado de la emoción de ver mi país liberado, de las
muchas atenciones que me han perturbado y de la multitud de conciudadanos que
se felicitan por la resurrección de la República, hablaré más explícitamente
sobre los muchos asuntos que ahora reclama mi atención”. Esa misma tarde
emitiría su Proclama Libertadora.
El 14 de octubre de 1813 obtiene el título
de Libertador. Distinción otorgada por el Ayuntamiento de Caracas junto al de
Capitán General de los Ejércitos de Venezuela. El título de Libertador le fue
ratificado el 6 de enero de 1820, por el Congreso de Angostura.
El 14 de octubre de 1813 obtiene el título de Libertador. Distinción otorgada por el Ayuntamiento de Caracas junto al de Capitán General de los Ejércitos de Venezuela. El título de Libertador le fue ratificado el 6 de enero de 1820, por el Congreso de Angostura.
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