
La migración, pobreza y la desintegración familiar son factores determinantes que han hecho mella en la aparición constante de embarazos en adolescentes en el estado Táchira, donde entre 2020 y 2021 en el Hospital Central se han atendido aproximadamente 5.931 partos, de los cuales un 25% son de adolescentes entre 12 y 19 años, es decir, 1482 jóvenes.
De acuerdo a las cifras aportadas por la Red de Salud Pública del Táchira, al menos 2 mil 517 adolescentes se han controlado su embarazo en los distintos centros asistenciales de la región en 2021.
Tres de los nueve distritos sanitarios (3, 4 y 8) que tiene el estado Táchira concentran la mayor cantidad de embarazos en adolescentes. Se han atendido 1.554 jóvenes menores de 19 años embarazadas. Estos distritos comprenden los municipios García de Hevia, Panamericano, Samuel Darío Maldonado, San Judas Tadeo, San Simón, Pedro María Ureña y Bolívar, Ayacucho, Michelena y Lobatera.
Para Cremilde Ramírez, coordinadora de programas del Distrito Sanitario número 8, la situación con las adolescentes en gestación es complicada. “Estamos haciendo grandes esfuerzos en conjunto con las ONG que nos ayudan de proveer vitaminas y otros suplementos para estas niñas que quedan embarazadas”. Son embarazos de alto riesgo debido al estado de vulnerabilidad que presentan cuando llegan a las consultas en este distrito sanitario.
“En 2020 atendimos 387 adolescentes y en lo que va de 2021, 318 niñas se están controlando”.
“Hemos visto muchas niñas que llegan a parir solas, sin ningún apoyo económico. Los altos costos de citologías, anticonceptivos y exámenes las dejan a la deriva porque muchas vienen de la pobreza”.
A estos factores se le suma el fracaso de políticas públicas de prevención del embarazo precoz, que son suplantadas por la Unicef, la OPS y el Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos (CISP).
En tan sólo un año entre septiembre de 2020 y julio de 2021, estos organismos hicieron entrega al Hospital Central de San Cristóbal de mil dispositivos anticonceptivos, los cuales se les donó a menores de edad que ya habían tenido un parto por lo menos.
Para el jefe del Departamento de Ginecobstetricia del Hospital Central de San Cristóbal, Óscar Pérez, la cantidad de adolescentes embarazadas menores de 19 años es preocupante, ya que lo que hay detrás de todo ello implica pobreza, falta de educación sexual y sobre todo orientación familiar.
En 2020, el primer centro asistencial del estado atendió 3 mil 917 partos, de los cuales, a juicio de Pérez, el porcentaje de menores de 19 años llegó al 25 por ciento, es decir, un aproximado de 979 jóvenes. En lo que va de 2021, el central ha atendido 326 adolescentes de los 2014 partos que se registraron.
Esta cifra es para inquietarse, hizo énfasis porque el contexto en el que se dan estos embarazos está ligado a la destrucción del país que pasa por la desinformación que tienen sobre la salud sexual y reproductiva.
“No existe orientación alguna en esa etapa tan dura para los padres. En las escuelas y liceos se acabaron los departamentos de orientación y psicología donde se pueda comprender en estos momentos a los adolescentes”.
Pérez afirma que actualmente tiene ocho adolescentes embarazadas que está controlando en el municipio Seboruco, quienes presentan las mismas características.
“Se fueron a otros países y regresaron abusadas con una gestación violenta, llevadas bajo engaño”.
“Sólo uno de los padres de los hijos de esas niñas se hizo responsable”.
Hizo un llamado para que se hagan campañas de prevención, “porque son las jóvenes más vulnerables las afectadas en esta situación tan difícil”.
Impacto
El Táchira no está tan alejado del panorama incierto que actualmente vive Venezuela sobre el embarazo en adolescentes, donde se estima, según el más reciente informe “Estado de la Población Mundial” publicado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), que el índice de embarazos en adolescentes en el país se ubica en 95 nacimientos por cada mil jóvenes.
Venezuela está en los actuales momentos en una posición donde los embarazos “no deseados” tienen alta incidencia, ubicando a nuestra nación como el tercer país con mayor tasa de fecundidad detrás de Ecuador y Guatemala.
Incertidumbre
Para la médico ginecobstetra, Marelvis González Zerpa, la mayor preocupación que manifiestan las adolescentes en medio de un embarazo “no deseado”, está ligada a la inestabilidad económica para sostener las consultas prenatales y los medicamentos.
Es también la inestabilidad emocional de estar solteras, a veces sin el apoyo de quien las embarazó lo que, a su juicio, afecta a las adolescentes.
Describió que los mayores riesgos en estas gestaciones son la preeclampsia que “está asociada a las primigestas adolescentes, también la prematuridad en los recién nacidos. Y una mayor incidencia en la realización de cesáreas en Venezuela no hay políticas para la prevención de embarazos en las adolescentes, la provisión de métodos anticonceptivos gratuitos no existe, salvo los que entregan las ONG. Deberían de proveerse preservativos gratuitos en las instituciones correspondientes, píldoras anticonceptivas, jornadas de educación sexual y prevención de embarazos no deseados y de enfermedades de transmisión sexual”.
Sin protección
La doctora Olga Mora, coordinadora de Posgrado de Obstetricia y Ginecología del Hospital Central, manifestó que la migración en el país constituye un factor de riesgo para las niñas, niños y adolescentes. “Las madres actualmente por necesidad están dejando la crianza de sus hijos en familiares cercanos y esto pues genera un peligro inminente mayormente para las adolescentes, quienes no saben a qué se van a enfrentar sin ayuda”.
A su juicio, se ha incrementado la violencia intrafamiliar y la virtualidad con relación a lo que se está difundiendo a través de las redes sociales producen desorientación. “En muchas oportunidades se está cambiando amor por dinero”.
No hay educación sexual en el país
La presidenta de la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa), la falta de educación sexual reproductiva desde el ámbito de políticas públicas, ha dejado en un estado de indefensión a las adolescentes embarazadas.
Sin embargo, destaca que esa educación también debe estar dirigida a los jóvenes y hombres adultos porque se están aprovechando de las condiciones de vulnerabilidad y están cometiendo delitos, como el abuso sexual.
El país tiene, según manifestó León, dos años que no cuenta con un programa de orientación para la prevención del embarazo en adolescentes. “Hasta 2019 que se implantó el Plan Nacional de Prevención y Reducción del Embarazo a Temprana Edad y en la Adolescencia (Preta), por parte del Estado no se conocen otros planes actuales vinculado a este tema”. En muchos de los casos donde hay un embarazo adolescente, hay un delito. “Hay casos de sexo por supervivencia, explotación sexual que son formas de violencia y esto está generando incidencia en ese aumento en los embarazos en adolescentes”.
Incidencia
Beatriz Salas, coordinadora regional de Transparencia Venezuela, capítulo Táchira, destacó que a través de distintos abordajes que realizan en comunidades vulnerables han podido detectar que hay alta incidencia de adolescentes de 17 años que ya tienen hasta dos partos.
“Muchas de ellas no estudian ni trabajan, viven dependiendo de los padres de sus bebés y eso nos preocupa, porque queremos llegar a promover el desarrollo y el empoderamiento de las niñas”.
Cuenta que las comunidades donde mayormente se presentan casos de embarazo en adolescentes son comunidades foráneas, como Junín, barrio El Lago, Ureña, barrio El Río, Cárdenas, Guásimos y Lobatera. “La Emergencia Humanitaria Compleja que vive Venezuela es causa del desfalco. Se están vulnerando todos los derechos, incluyendo los de las adolescentes por la falla en el acceso a una salud reproductiva”.
Redacción – La Prensa del Táchira - https://www.costadelsolfm.org/
“La Emergencia Humanitaria Compleja que vive Venezuela es causa del desfalco. Se están vulnerando todos los derechos, incluyendo los de las adolescentes por la falla en el acceso a una salud reproductiva”.
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