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miércoles, 21 de abril de 2021

La vacuna cubana, por Héctor Pérez Marcano

La vacuna cubana

Mail: hepema2006@gmail.com


Este jueves, 8 de abril, se me ocurrió sintonizar el programa de Vladimir Villegas, Vladimir a la 1; entrevistaba al doctor Amadeo Leyba. Estaban analizando el tema principal en esta materia en Venezuela: las vacunas contra la pandemia que está liquidando a centenares de venezolanos, entre ellos a médicos de diversas especialidades difíciles de sustituir.

Fue una dramática exposición del doctor Leyba, desmontando toda la argumentación gubernamental y poniendo de bulto la incapacidad oficial para enfrentar el problema. El doctor Leyba expuso la dramática realidad y refutó el argumento del régimen al responsabilizar a las sanciones de EE. UU. que impiden tener las vacunas. Relató el incidente del Hospital Universitario al cual acudió un grupo de médicos, entre ellos el doctor José Andrés Octavio, cardiólogo, especialista en hipertensión, del cual dijo que era el más competente en la especialidad; afirmación esta que puedo ratificar, pues soy paciente de su consulta.

Puso de bulto el doctor Leyba todos los recursos que Venezuela tiene todavía, pese al éxodo, para asesorar y formular un plan que salve a cientos de venezolanos de la muerte. Reveló el doctor Leyba que el gobierno no ha consultado a las Academias ni a los científicos que podrían ayudar. Maduro se encadenó. Acudió a Bolívar.

*Lea también: El delito cibernético, por Gisela Ortega

Estrujando una vez más al pobre Libertador —que seguramente se retorcerá en su sepulcro—, Maduro pierde batallas, tantas como ganó el Libertador. Yo recomiendo que el video de la exposición del doctor Leyba sea difundido constantemente por Globovisión como información educativa sobre la prevención y que se lo convierta en una cuña difundida repetidas veces; tanto como las cuñas de los culos de las carajitas que usan para promocionar su programación.

Acaban de anunciar que Venezuela producirá la vacuna cubana. Era de esperar que nos la enchufaran. Será un nuevo negocio para Cuba que nos cobra en dólares hasta el último centavo. Seguro que con la vacuna habrá un negocio, así como nos han vendido medicinas vencidas. La propaganda cubana es muy eficaz.

La gente llegó a creer que Cuba actuaba solidariamente cuando recibía pacientes venezolanos para curarse el vitiligo y para operaciones oftalmológicas. También inventaron los centros de tratamiento para drogadictos y alcohólicos en los que se trataban los hijos de los millonarios de América Latina. Chávez les mandó varios cientos de pacientes que costaban cada uno al Estado venezolano 30.000 dólares.

También inventaron la leyenda de que Cuba tenía un producto llamado Interferón que curaba el cáncer. Fue tan eficaz la campaña que un eminente médico venezolano, amigo personal, me pidió que intercediera con los cubanos para conseguir el Interferón para su esposa que fumaba incesantemente y tenía un cáncer de pulmón. Resultó ineficaz y la profesora falleció.

Mientras Alemania y Francia y los desarrollados países nórdicos no han desarrollado vacunas, Cuba anuncia que tiene vacuna. Seguro que es un bluff como la misma revolución. Hicieron una campaña propagandística alrededor de una pastilla llamada PPG que, según ellos, tenía efectos afrodisíacos. Cuando llegabas al centro de La Habana Vieja siempre te acosaba un tipo en plan misterioso y te llevaba a un zaguán y te ofrecía el PPG y te decía que PPG significaba: «Pinga pa’ gozá» y te aseguraba que con una pastilla serías capaz de ¡¡¡echar tres sin sacarlo!!!. Más de uno picaba.

Héctor Pérez Marcano fue dirigente político y diputado del Congreso de la República.

TalCual

1 comentario:

  1. Hicieron una campaña propagandística alrededor de una pastilla llamada PPG que, según ellos, tenía efectos afrodisíacos. Cuando llegabas al centro de La Habana Vieja siempre te acosaba un tipo en plan misterioso y te llevaba a un zaguán y te ofrecía el PPG y te decía que PPG significaba: «Pinga pa’ gozá» y te aseguraba que con una pastilla serías capaz de ¡¡¡echar tres sin sacarlo!!!. Más de uno picaba.

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