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sábado, 18 de abril de 2020

Hablan médicos venezolanos en España: ‘Es muy fuerte enfrentar lo que pasa’

Desde Galicia, Barcelona y Madrid tres profesionales cuentan cómo se las ingenian para sobrellevar una crisis que ha desbordado al sistema sanitario español, considerado uno de los mejores del mundo. Reconocen que psicológicamente es duro trabajar en condiciones tan adversas, que el gobierno actuó tarde, pero lo importante es salir todos juntos de esta situación. Y luego está la familia. Lo peor es mantenerse aislados de parejas e hijos.
María Corina Goiri no duda en reconocerlo. «Por suerte o desgracia, la generación de médicos a la que pertenezco se formó en una carencia absoluta de medios. Y desde que somos estudiantes hemos visto desbordados nuestros hospitales y hemos trabajado con las uñas».
Tiene 44 años de edad, se graduó en la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda de Coro, estado Falcón. Es especialista en Medicina Familiar y Comunitaria con MBA en Gestión de Centros Sanitarios y Doctorado en Endocrinología. «Los españoles deben estar agradecidos por contar con un sistema que tiene de todo y, hasta esta pandemia, la gente no sabía lo valioso que era. Que está colapsado en algunas zonas, sí, pero la  enfermedad tiene una evolución natural y aunque los que estén en cuidados intensivos tarden más en recuperarse, espero que este pico llegue pronto», dice.
Desde hace 16 años Goiri vive en España. Trabaja en la Ibermuta Gallega como colaborador con la Seguridad Social pero, desde hace unas semanas, está a cargo de un geriátrico de 40 pacientes donde, hasta el momento, 27 han dado positivos por covid-19, varios de ellos graves y la mayoría mujeres. También está afectado parte del personal médico: 10 de ellos han sido contagiados y están en cuarentena. «Fui convocada para prestar apoyo», dice la madre de dos niños que, por los momentos, solo se asoman a la puerta de su cuarto para verla. Tanto ella como su esposo, también médico, han decidido que es la mejor manera para prevenir el contagio.
Los pacientes que atiende Goiri no han podido ver a sus familiares desde que se decretó en España el estado de alarma. «Hay familias que solicitan videoconferencias para acompañarlos. Y es nuestro compromiso darles buena asistencia y, también, acompañarlos a morir tranquilos de ser el caso. No tan solos».
Emocionalmente no es sencillo, reconoce la doctora venezolana luego de años de experiencia. «Nadie quiere ver morir gente a destiempo. Pero esto es una carrera de vocación. Hoy toca así, otro día será distinto».
La situación en España es crítica, aún cuando las cifras han bajado, reconoce. Al día de hoy se cuentan 177.633 casos y 18.579 muertos. «Depende también de la comunidad autónoma de la que hablemos. Madrid realmente está desbordada. Lo corroboran las cifras y el contacto diario que tengo con mis colegas. En Galicia aún es manejable. Y pienso que no llegaremos a esas cifras, tanto por las medidas de confinamiento como por la densidad poblacional».
Para Goiri, y en eso coinciden mucho de sus colegas, en España las medidas se tomaron tarde. «Se sabía de la pandemia desde el 30 de enero. El gobierno pudo prever con antelación y prepararse mejor. Tener, por ejemplo, más equipos de protección individual. Evitar concentraciones como la de 8 de marzo, así como eventos deportivos, donde la cantidad de gente es inmensa.  Allí creo que fue el quiebre de la comunidad de Madrid. Las cuentas salen perfectamente».
Considera una vergüenza que el Ministerio de Sanidad haya propuesto que los médicos con síntomas leves se reincorporan al trabajo. «Es una insensatez. Pienso, además, que deberían repetir tests a los que estamos expuestos durante tanto tiempo». Y no tiene reparo en decirlo: «Esta crisis es producto de una mala gestión política».
Pero es optimista. «Al final el objetivo es salir todos juntos de esta situación de la mejor manera. Porque esto tendrá su fin».
Por ahora lo que más quisiera es poder abrazar y besar a sus hijos de 8 y 6 años, pero sabe que debe esperar. «Aislarme de mi familia ha sido lo peor».
Ricardo Vethencourt tiene 38 años de edad. Es cirujano ortopédico graduado en la Universidad Central de Venezuela y hace 11 años emigró a España. Trabaja en el Hospital Central de la Defensa, en Madrid, en el área de traumatología.

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1 comentario:

  1. Para Goiri, y en eso coinciden mucho de sus colegas, en España las medidas se tomaron tarde. «Se sabía de la pandemia desde el 30 de enero. El gobierno pudo prever con antelación y prepararse mejor. Tener, por ejemplo, más equipos de protección individual. Evitar concentraciones como la de 8 de marzo, así como eventos deportivos, donde la cantidad de gente es inmensa. Allí creo que fue el quiebre de la comunidad de Madrid. Las cuentas salen perfectamente»

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