Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

domingo, 20 de mayo de 2018

Del pasado opulento a un presente de frustración, pobreza y privaciones

Venezolanos recogen restos de verduras, frutas o carnes desechadas por comerciantes en los mercados populares de Catia, al oeste de Caracas. (DPA)

En los barrios más pobres de Caracas los niños se desmayan porque no tienen qué comer, mientras que en las zonas ricas se multiplican los asaltos. En 2018, Venezuela es un país en profunda crisis, dividido tras 20 años del llamado “socialismo del siglo XXI” de Hugo Chávez y todavía atónito por la dura caída de una sociedad acostumbrada no hace mucho tiempo al lujo y el despilfarro gracias al “boom” petrolero.

En el barrio La Vega, ubicado en la ladera de un cerro en el oeste de Caracas, la crisis es palpable. La miseria es similar a la que se ve en otros vecindarios pobres de América Latina, pero aquí la gente se queja de que no hay comida. “Hay niños que buscan en la basura”, asegura Rienverlin Zambrano, de 26 años. Para que sus dos hijos de nueve y cinco años puedan comer dos veces al día acude a un comedor de una organización benéfica en un colegio.

Una mujer reparte a comida a un grupo de niños en un comedor de una organización benéfica en un colegio del barrio La Vega en Caracas. (DPA)

Durante la semana almuerzan ahí, ella les da desayuno o cena. Las cajas CLAP, una bolsas de alimentos que distribuye el gobierno, llegaban antes cada 15 días, ahora lo hacen sólo cada cuatro o cinco semanas, cuenta Zambrano. “No alcanza”, dice.

La cocinera Yasiri Paredes, que ayuda en el comedor, cuenta que hace unos días unos ladrones entraron de noche y robaron los alimentos. La criminalidad se ha disparado en Caracas en los últimos años. Paredes, de 31 años, dice que va a votar mañana, pese a que cree que el Gobierno hará trampa.
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En Chacao, una zona rica en el este de Caracas, la gente hace cola desde temprano frente a un supermercado donde, debido a los problemas de abastecimiento, se pueden comprar sólo dos bolsas de “harina Pan” por persona. La harina de maíz es un producto popular en la cocina venezolana porque sirve para hacer arepas.

Laura Valentini espera frente a una panadería vecina. Llegó desde la isla Margarita, a unos 480 km. de Caracas, a buscar medicinas y aprovecha para comprar algo. “Mañana vuelvo a hacer cola”, agrega. Dice que no votará porque cree que la elección es una farsa del gobierno que sacó de carrera a los políticos opositores más conocidos.

En Chacao, una zona rica en el este de Caracas, la gente hace cola desde temprano frente a un supermercado donde, debido a los problemas de abastecimiento, se pueden comprar sólo dos bolsas de “harina Pan” por persona. La harina de maíz es un producto popular en la cocina venezolana porque sirve para hacer arepas.

Laura Valentini espera frente a una panadería vecina. Llegó desde la isla Margarita, a unos 480 km. de Caracas, a buscar medicinas y aprovecha para comprar algo. “Mañana vuelvo a hacer cola”, agrega. Dice que no votará porque cree que la elección es una farsa del gobierno que sacó de carrera a los políticos opositores más conocidos.

Un mural con propaganda electoral del presidente Maduro en Caracas. (DPA)

Venezuela padece la inflación más alta del mundo, y una de las peores de la historia junto a casos como los de Perú, Bolivia, y Argentina en los años 80 y 90, y Zimbabwe en la década de 2000. En Caracas la gente tira los billetes por la calle, como papel inservible. Los niños juegan haciendo coronas con los antiguos billetes de 100 bolívares, alguna vez el más común del país. Ahora escasea además el dinero en efectivo. Lo más habitual es pagar con una tarjeta local en cualquier negocio. “Se me olvidó cuándo fue la última vez que tuve dinero en la mano”, dice Paredes.
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Caracas no es un ciudad pobre, sino empobrecida. El pasado de opulencia es visible, por su legado arquitectónico y sus antiguas tiendas de lujo. Eso también es Caracas en 2018: un lugar donde aún se puede comer en restaurantes caros en algunos distritos, una extraña mezcla entre un pasado de excesos capitalistas y un pseudo socialismo empantanado en sus errores y contradicciones.

Leer mas: https://www.clarin.com/mundo/pasado-opulento-presente-frustracion-pobreza-privaciones_0_ByJu9X0Rf.html

1 comentario:

  1. Anónimo5:06 a.m.

    Caracas no es un ciudad pobre, sino empobrecida. El pasado de opulencia es visible, por su legado arquitectónico y sus antiguas tiendas de lujo. Eso también es Caracas en 2018: un lugar donde aún se puede comer en restaurantes caros en algunos distritos, una extraña mezcla entre un pasado de excesos capitalistas y un pseudo socialismo empantanado en sus errores y contradicciones.

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