Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

domingo, 17 de diciembre de 2017

Mensaje con destino, por Rafael Ramírez

Parafraseo el título de esa obra fundamental de nuestro Mario Briceño Iragorry ¨Mensaje sin destino¨, sólo que, a la luz de todo lo que ha pasado y el avance en la conciencia de nuestro pueblo de los principios y valores de la Revolución Bolivariana, este mensaje siempre tendrá un destino y un asiento en el alma del Pueblo.

Este mensaje es para ti, hombre y mujer del pueblo, para el humilde, trabajador, obrero, campesino, para los de abajo, para ti profesional, joven, soldado, hijo de esta tierra bendita, hijos de Chávez y Bolívar. Hijos de héroes, libertadores, soñadores, valientes. Para los que creemos en Chávez, los que seguimos su sueño, el de la posibilidad de un país libre, soberano, socialista.

Te escribo a ti, militante revolucionario, oficial de la patria, hombre o mujer honesto, esperanzado. Al que está luchando todos los días, para quien el trabajo es una pasión, un valor, una posibilidad de contribuir, al que todos los días va con sus problemas y sus esperanzas a cuestas. Te hablo a ti, al dirigente, al que conoció a Chávez, al que atendió su llamado, al que lo ha dado todo sin pedir nada a cambio, al que ha recibido la ayuda del Estado Revolucionario, al que salió del abismo de la miseria y la exclusión. Te hablo a ti, joven, al profesional, al estudiante, al que se fue, al que está comprometido con la causa Bolivariana, con Chávez, con su palabra.

Escribo al poeta, músico, pintor, artista, intelectual. Al vencedor o vencedora de la Ribas, el de la Robinson, el de la Sucre, al que construyó su propia casa en las brigadas de la Gran Misión Vivienda Venezuela, al trabajador y obrero petrolero. Al que ha recibido vida de la mano de Barrio Adentro, al que apuesta a que saldremos adelante, al que no tiene otra pasión, sino la de luchar por nuestro país, nuestro pueblo. Al habitante de esta tierra, haya nacido aquí o encontrado en nuestra tierra cobijo, protección, posibilidades de futuro. “A cualquiera en el mundo que sea capaz de indignarse ante una injusticia”.

Quiero que sepas que he dedicado mis mayores esfuerzos y años de vida a acompañar y luchar por las ideas del socialismo y que así lo haré hasta mi último aliento. Soy un hombre convencido de que sólo el socialismo garantiza la paz, la justicia, las condiciones para una vida digna, para la existencia del ser humano en armonía con la tierra, con sus semejantes. Eso es lo que he sido y será siempre, nunca he renegado de ello, es en lo que creo en la vida.

Primero lo hice desde muy joven, desde la derrota de la izquierda, la lealtad a mi origen y la terquedad de creer y preservar nuestros principios revolucionarios, cuando a nadie parecía importarle, cuando todos eran indiferentes. Luego, con nuestro querido Comandante Hugo Chávez, cuando la Revolución Bolivariana prendió en el corazón del pueblo Venezolano, para nunca más salir de allí.

He trabajado con honestidad, desde las altas responsabilidades que me asignara nuestro querido Comandante, siempre a su lado, hasta su muerte, con una confianza ciega en él, su palabra, su obra, sus intenciones. Creo en él y defenderé su legado hasta el final y en medio de todas las dificultades que sobrevengan por ello.

Durante los doce años que estuve trabajando a su lado, en las tareas más complejas, enfrentando los intereses más poderosos, golpeando al gran capital transnacional y rompiendo las ataduras que mantenían a los más pobres en la miseria y la exclusión, jamás pensé en mí, ni tuve un cálculo egoísta o secundario. Lo hice al rompe, como necesita una revolución, sin estar pensando en las consecuencias personales, sin segundos planes, sin otros intereses, sin grupos. Como lo hizo Chávez.

Por primera vez en nuestra historia de país petrolero, un Presidente, el Comandante Chávez, convirtió al petróleo, que como él mismo decía, “fue un instrumento de dominación por casi cien años, en un instrumento de liberación de nuestro pueblo”.

Me correspondió ser el Ministro de Petróleo y presidente de nuestra empresa en momentos de combate, ofensiva y construcción junto al Comandante Chávez. Siempre lo digo, no porque me envuelva la vanidad, sino porque para mí ha sido el mayor honor posible haber estado a su lado, combatiendo. Ahora se reniega de su obra, se pone en duda la justeza de lo hecho. Yo lo reivindico, estoy dispuesto a discutirlo y defenderlo donde sea.

Rescatamos nuestro petróleo de las manos de las transnacionales petroleras, de manos de una empresa “meritocrática”, la vieja PDVSA, al servicio de la oligarquía, de intereses extranjeros y la pusimos al servicio del Pueblo. Creamos la Nueva PDVSA, empresa del Estado venezolano, instrumento y garante de la política de Plena Soberanía Petrolera. Una empresa poderosa, capacitada, popular, con todas sus operaciones restablecidas, donde sus trabajadores y trabajadoras han sido los protagonistas de esta hazaña, donde cada uno tiene su propia historia de heroísmo, lealtad, sentimiento patrio.


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