Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

sábado, 23 de diciembre de 2017

Cómo durante un día traté de conseguir (con mínimo éxito) carne, dinero en efectivo y gasolina en Maracaibo, la ciudad petrolera de Venezuela Gustavo Ocando Alex

Rubén Rincón se sumó a la práctica de moda en Venezuela: madrugar para encabezar las colas de carros frente a las gasolineras para poder llenar su tanque.

Primer martirio: la gasolina.
José Espinoza, empleado de una estación de servicio de la calle Cecilio Acosta de Maracaibo, al occidente de Venezuela, toma su café -negro, poco azúcar-, sentado a dos metros de su puesto de trabajo. Está relajado, despreocupado. No hay gasolina y su oficio es, por ahora, nulo.

"Tengo 30 años acá y es primera vez que he visto algo así. Antes, la gasolina nos duraba tres días, pero ahora no pasa del día y medio", me dice, a las 8:00 de la mañana, mientras comparte su bebida conmigo.

El déficit de combustible evolucionó a pasos agigantados hasta arropar todas las gasolineras de Maracaibo, la Costa Oriental del Lago y los demás municipios del estado Zulia, considerado la meca de la explotación petrolera venezolana.

La carencia del carburante es frecuente desde el año pasado en la región occidental, pero usualmente se circunscribía a los fines de semana y se solventaba cada lunes o martes.

Lo extraordinario de la última semana es que la escasez se extendió durante siete días sin explicación o remedio oficial. Filas kilométricasbordean las estaciones de servicio de toda la ciudad en plena víspera navideña.

Zulia se ralentizó a medida que el transporte público y de mercancías mermó. Escenas similares se viven en regiones vecinas, como Táchira y Barinas.

La mayoría de las estaciones de servicio del occidente de Venezuela permanecen cerradas temporalmente por falta de gasolina.

José sabe que su relax es momentáneo. "En otros tiempos, había una que otra colita, pero ahora esto se desborda. Estos días no he podido ni ir al baño cuando estoy trabajando".

El aviso de "cerrado" no termina de espantar a decenas de choferes que se agolpan con sus carros, camionetas y camioneras a las afueras de la gasolinera. Los atrae, al contrario, como miel.

Rubén Rincón, dueño de una empresa de construcción, madrugó para ubicar su camioneta Ford 100 de vieja data y carrocería carcomida de segunda en la cola.

El día anterior perdió dos horas de trabajo en vano: la estación se quedó sin combustible cuando solo faltaban unos pocos carros para llegar a la meta.

"Vivo en La Curva de Molina, al oeste, pero me vine para acá porque allá están todas las estaciones abarrotadas", cuenta a BBC Mundo, acompañado de uno de sus tres hijos.

"No ganan ni lo suficiente para comerse un huevo al día": el polémico legado en Venezuela de las expropiaciones petroleras ordenadas por Hugo Chávez
Corre el rumor de que una gandola (vehículo de carga con remolque) de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) proveerá de combustible a la gasolinera y que, en cuestión de dos horas, se abrirán de nuevo las puertas.

"Hoy dije que no iba a arriesgar y me vine".

Hace seis días, apelé a esa práctica de moda: llené el tanque de mi carro en solo 45 minutos gracias a uno de esos madrugones en una estación cercana. En la oscurana, me sentí como un campeón de mil medallas.

Es una alegría tísica. En unos pocos días, el ritual deberá repetirse. No hay día donde no mida las distancias o chequee el nivel del tanque. A eso ha quedado reducido el ciudadano promedio en la región andina de Venezuela: a un usuario ávido de gasolina en una nación millonaria en hidrocarburos.

Leer mas: http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-42454949

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