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Republica del Zulia
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miércoles, 17 de mayo de 2017
Son paramilitares, Rafael Uzcátegui*
Tras el inicio de un nuevo ciclo de protestas y la consolidación de un patrón de violación de derechos humanos denunciado en manifestaciones anteriores, la actuación de grupos de civiles armados para reprimirlas se ha discutido en diferentes ámbitos sobre cuál debería ser el nombre que se le debería dar a dichos grupos: colectivos, parapoliciales o paramilitares, entre los principales. La intención del presente texto es realizar una aproximación, desde una mirada de derechos humanos, sobre la correcta calificación.
Colectivo, paramilitar y parapolicial
El inicio del uso de la palabra colectivo para denominar agrupamientos comenzó luego del Mayo Francés dentro de la izquierda europea, no socialdemócrata, para diferenciarse de los partidos comunistas, a quienes consideraban parte de las estructuras burocratizadas de dominación de la época. De esta manera, iniciativas en Alemania e Italia, de izquierda radical, en teoría opuestos a la concepción leninista de la organización de grandes partidos de masas, pasaron a calificarse a sí mismas como colectivos. En la década de los años 80, dentro de la izquierda europea se consideraba a un colectivo como una célula o nucleamiento de militantes de la extrema izquierda, término que después de la caída del muro de Berlín empezó a utilizarse en América Latina.
Paramilitar se denominan las organizaciones particulares que tienen una estructura, entrenamiento, subcultura y, con frecuencia, una función igual a las de un ejército, pero que no forman parte de manera formal a las fuerzas militares estatales. Las organizaciones paramilitares sirven a los intereses del Estado, o sus grupos de poder y, generalmente, están fuera de la ley. Dentro de sus miembros pueden estar fuerzas policiales, militares, mercenarios e integrantes de escuadrones de asalto o grupos de seguridad privados.
La principal difereia entre una formación paramilitar y una formación guerrillera, ambas influenciadas por la forma de pensar y organizarse de los militares, es que la primera actúa amparada por el Estado mientras que la segunda se le opone para intentar imponer un gobierno diferente. El Ejecutivo venezolano, en diferentes momentos, denunció la existencia de grupos paramilitares en su contra, realizando un uso incorrecto del término, pues si existían núcleos de insurgencia armada debía denunciar la presencia de guerrillas.
En contraste, se documentó y denunció la existencia de una organización guerrillera apoyada y, presuntamente, tolerada y financiada por el Ejecutivo, el Frente Bolivariano de Liberación, que conceptualmente debe considerarse como una organización paramilitar.
Los grupos paramilitares tienen al funcionamiento de las Fuerzas Armadas como referente, ocupan territorialmente zonas urbanas o rurales, sobre las cuales realizan labores de control territorial.
Por otra parte, la Real Academia de la Lengua Española considera parapolicial a una organización irregular que realiza funciones propias de la Policía al margen de esta, realizando con ello actos ilegales. Cofavic afirma que son grupos de funcionarios adscritos a las policías regionales de carácter civil, quienes en abuso de sus funciones oficiales asesinan, desaparecen, amenazan o lesionan a personas previamente seleccionadas, a través de aparatos de inteligencia informales, ligados a estructuras estatales. Venezuela ha conocido la existencia de grupos parapoliciales, como los llamados grupos exterminio que existieron en el estado Portuguesa en el año 2001.
Según la investigación realizada por Cofavic sobre el fenómeno, “no se encontraron evidencias que exista algún tipo de sometimiento a alguna cadena de mando propia entre los funcionarios policiales implicados en la actuación de grupos parapoliciales. Lo que existe es una evidente complicidad entre los funcionarios policiales o simple solidaridad automática, que surge por la corrupción existente y bajo la convicción de que su actuación aporta beneficios a la sociedad”.
No obstante, la ONG detectó la participación de funcionarios de alta gradación, por lo que no descarta algún tipo de orden jerárquico a lo interno.
Lo anterior nos permite hacer distinciones entre parapoliciales y paramilitares. Los primeros tienen a las fuerzas policiales como referente, realizan labores de inteligencia para hacer intervenciones selectivas concretas contra determinados individuos, sin que eso implique el control territorial de las zonas donde operan. Por otra parte, su orden jerárquico es difuso y clandestino.
Por su parte, los grupos paramilitares tienen al funcionamiento de las Fuerzas Armadas como referente, ocupan territorialmente zonas urbanas o rurales, sobre las cuales realizan labores de control territorial y visibilizan los grados jerárquicos existentes en su organización, pues les enorgullece la cadena de mando presente en su organización.
Leer mas: http://revistasic.gumilla.org/2017/son-paramilitares/
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