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La economía de Venezuela está enfrentando un tsunami de malas noticias. El país está sufriendo la recesión más fuerte de todo el mundo, la más alta inflación, y el más alto riesgo crediticio; problemas que se ven agravados por la caída en el precio del petróleo. A pesar de sus problemas, hasta ahora Venezuela ha abonando los pagos de su deuda externa, que supera los US$ 100 mil millones.
Esto está por acabarse. En los últimos días ha emergido un consenso entre los analistas de mercado: Venezuela va a tener que caer en default . La única pregunta es cuándo.
Un colapso de Venezuela sacudiría los mercados financieros, y gente en todo el mundo perdería mucho dinero. Pero deberíamos guardarnos nuestra compasión colectiva: tanto el gobierno en Caracas como los inversionistas que lo ayudaron se lo buscaron.
En los últimos años, el gobierno venezolano ha sido constante en mantener buenas relaciones con sus acreedores. Ha pagado los atrasos de su deuda religiosamente, e insiste en que seguirá pagando.
Pero se ha negado a implementar las reformas que Venezuela necesitaría para mejorar los fundamentos de su economía. Su compromiso con un "populismo" socialista y las complicadas dinámicas internas dentro de la coalición oficialista han paralizado al gobierno. Repetidamente ha pospuesto importantes reformas como eliminar los absurdos controles al tipo de cambio (el país tiene al menos cuatro tasas) o subir el precio interno de la bencina (por lejos el más barato del mundo). En su lugar, el gobierno ha hecho "ajustes", restringiendo las importaciones y dejando vacíos los estantes de los almacenes en todo el país.
Esta estrategia ahora parece insostenible. Según varias estimaciones, en 2015 Venezuela importó unos US$ 32 mil millones en bienes. Esto fue una marcada baja respecto de 2014. Este año, considerando los actuales precios del crudo y las cada vez más pequeñas reservas en divisas, si Venezuela tuviera que pagar todas sus obligaciones -al menos US$ 10 mil millones- y mantener el gasto de gobierno, no podría importar prácticamente nada. En un país que importa la mayoría de lo que consume, esto aseguraría el caos. Por eso es que todos los analistas predicen una cesación de pagos en los próximos meses.
The Economist se ha sumado al coro, diciendo que "el gobierno se ha quedado sin dólares". En palabras del profesor de Harvard Ricardo Hausmann, esto será "el mayor y más complicado default soberano de un mercado emergente desde la crisis de Argentina en 2001".
Una de las razones de por qué el default que viene será tan complejo es por la gran cantidad de instrumentos implicados, todos emitidos bajo condiciones bastante variables. Parte del stock de la deuda fue emitido por PDVSA, la compañía petrolera estatal, que es propietaria de una parte significativa de los activos en el extranjero (por ejemplo, el 100% de Citgo pertenece al gobierno venezolano). Otra parte de la deuda fue emitida por el gobierno nacional directamente, mientras que otra porción grande es adeudada a China, bajo términos secretos.
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CAROLYN CUI: Para los inversionistas en mercados emergentes, Venezuela ha pasado de ser una fuente de oportunidad a un motivo de alarma. Los bonos del país sudamericano generaron el año pasado retornos de dos dígitos para los inversionistas, superando con creces el desempeño de la deuda soberana de otros países. En los últimos meses, sin embargo, el entusiasmo por la deuda venezolana se ha evaporado ante el derrumbe de los precios del petróleo, el debilitamiento del bolívar y el déficit comercial. Los precios de los bonos venezolanos cayeron casi 15% en enero, según J.P. Morgan.
ResponderBorrarCAROLYN CUI: Se espera que Venezuela, uno de los mayores deudores de los mercados emergentes, pague los US$1.500 millones que vencen este mes. Los interrogantes, dicen los inversionistas, giran en torno a lo que ocurrirá en los próximos años y si vale la pena quedarse con los bonos, o venderlos. “La pregunta no es si Venezuela caerá en cesación de pagos, sino cuándo lo hará”, dice Russ Dallen, socio del banco de inversión Latinvest Group Holdings. Venezuela no ha entrado en default desde 1982 y el presidente Nicolás Maduro acaba de reiterar la intención de su gobierno de cumplir con las obligaciones del país. El mandatario señaló en cadena nacional el mes pasado que “Venezuela tiene ética y moral” y que el país “ha honrado y seguirá honrando” sus compromisos.
ResponderBorrarCAROLYN CUI: Durante la última década, el gobierno y la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) han emitido deuda por unos US$120.000 millones en los mercados internacionales. Entre sus tenedores figuran algunos de los principales gestores de renta fija como Ashmore Group y Fidelity Investments. Las firmas no quisieron referirse al tema o no respondieron a solicitudes de comentario. La probabilidad de una cesación de pagos en un plazo de cinco años puede llegar a 97%, si se mide por el costo de asegurar la deuda de ese país contra un default. Hay mucho en juego, y no sólo para Venezuela. Una cesación de pagos generaría una onda expansiva que podría envolver a otras economías emergentes, muchas de las cuales aumentaron sus niveles de endeudamiento durante el reciente auge de los precios de las materias primas. El Fondo Monetario Internacional ha advertido acerca de las altas deudas de estos países ahora que los precios de los commodities se han derrumbado.
ResponderBorrarCAROLYN CUI: Otros países dependientes del petróleo tratan de conseguir crédito como puedan. Nigeria y Angola, por ejemplo, buscan obtener financiamiento de organismos multilaterales para cubrir sus déficits. Puesto que la deuda venezolana es un activo popular en las carteras de los fondos dedicados a los mercados emergentes, una cesación de pagos podría obligar a algunos inversionistas a vender esos bonos y evitar un proceso de reestructuración que podría ser prolongado y generar nuevas pérdidas para los tenedores de bonos, señala Victor Fu, director de estrategia soberana de mercados emergentes de Stifel Nicolaus & Co. La proveedora de datos Morningstar Inc. calcula que casi dos tercios de los fondos de mercados emergentes poseen bonos venezolanos.
ResponderBorrarCAROLYN CUI: China ha provisto a Venezuela una fuente estable de financiamiento a cambio de petróleo, pero a medida que su economía pierde bríos, Beijing ha sido renuente a otorgar nuevos préstamos. El entorno político venezolano también se ha vuelto más volátil. La asunción del control de la Asamblea Nacional por una coalición opositora tras las elecciones de diciembre representó la primera derrota del Partido Socialista desde la llegada al poder del difunto presidente Hugo Chávez, en 1999.
ResponderBorrarVenezuela sorprendió a los escépticos cuando sus bonos soberanos generaron un retorno de 17% el año pasado, frente a un índice de referencia que apenas rindió 1,2%, según J.P. Morgan. El buen desempeño se produjo después de una oleada de ventas a fines de 2014. Algunos inversionistas apuestan a que el país tiene los recursos y la voluntad política de servir su deuda.
ResponderBorrarEsa confianza pareció esfumarse este año conforme el petróleo continuó su caída y los precios de los bonos soberanos perdieron 14,7% en enero, para convertirse en los de peor desempeño entre los mercados emergentes.