Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

martes, 1 de septiembre de 2015

Sudamérica ante la tormenta perfecta - Andrés Oppenheimer


Escuchando los discursos de los presidentes de Argentina, Bolivia, Venezuela y otros países sudamericanos después del reciente frenazo de la economía China, pareciera que están viviendo en otro planeta. Todavía siguen hablando de los abundantes recursos naturales y materias primas de sus países, como si eso importara mucho en el nuevo mundo de Google, Apple y Uber.

Cuando Sudamérica se benefició de los precios récord de las materias primas por las crecientes importaciones de China en la década pasada, varios presidentes de la región se embarcaron en una fiesta populista. No le prestaron mucha atención al hecho de que el mundo estaba moviéndose rápidamente hacia una economía del conocimiento, en que una empresa como Apple hoy día vale más que el producto bruto de varios países.

Pero ahora, la fiesta ha terminado y América Latina se enfrenta a una tormenta perfecta: la desaceleración económica en China, la caída de precios de las materias primas, una fuga de los inversionistas internacionales a países más seguros y la posibilidad de que la Reserva Federal de Estados Unidos suba pronto sus tasas de interés, lo que haría más caro para los países de la región obtener créditos o pagar sus deudas externas.

Para colmo, la mayoría de los países sudamericanos están mal preparados para enfrentar estos retos, porque tienen poco para exportar que no sean materias primas de bajo precio.

Según nuevas cifras de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (Cepal), las exportaciones de manufacturas de América Latina cayeron del 72,3 % de las exportaciones totales de la región el año 2000, al 58,6 % en 2014. Y si se excluye a México -el mayor exportador de bienes manufacturados de la región- la disminución de las exportaciones de manufacturas de América del Sur es mucho mayor.

En otras palabras, Sudamérica no invirtió en los últimos años en prepararse para competir en la nueva economía del conocimiento. La región se olvidó de mejorar sus estándares educativos y de hacerse más competitiva en ciencia, tecnología e innovación.

El gasto promedio de los países sudamericanos en investigación y desarrollo es de apenas el 0,5 % de su Producto Interno Bruto, en comparación con el 4 por ciento en Israel y Finlandia.

Los países sudamericanos están en los últimos lugares en las pruebas internacionales PISA de estudiantes, y las patentes registradas por todos juntos - sí, entre todos- corresponden a alrededor de un cinco por ciento de las patentes internacionales registradas por Corea del Sur, según cifras de la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos.

"Nos hemos vuelto demasiado dependientes de las materias primas", dice el director de desarrollo económico de la Cepal Daniel Titelman. "Tenemos que diversificar nuestra estructura exportadora".

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