Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

sábado, 20 de diciembre de 2014

“El cataclismo está aquí” ELIZABETH ARAUJO

Para Miguel Ángel Santos, el gobierno de Maduro no ha mostrado ninguna reacción en respuesta a la crisis, razón por la cual se encuentra paralizado. El profesor del IESA considera que los actuales gobernantes nunca le ha tenido fe al mecanismo de precios como asignador de recursos. "Creen que los precios no significan nada, y no se les ocurre combatir la inflación por la vía de la competencia, sino más bien ahogar a los pocos productores que existen, para que queden menos, y tener mayor poder de monopolio"

–En julio de 2013, usted se preguntaba: ¿qué puede pasar en lo que resta del año? y respondía: imprimir dinero al ritmo requerido por los planes del gobierno, lo que equivaldría a la aceleración de la inflación ¿Continúa el país en esta situación? –Cualquier cosa que el gobierno estuviese haciendo continúa, porque básicamente no ha habido ninguna reacción en respuesta a la crisis: el gobierno se encuentra paralizado. Hace unos meses ya era evidente su falta de disposición a hacer ajustes, sobre todo en lo que respecta al gasto público. También era evidente que, cualquier contribución fiscal resultante de la devaluación implícita por movimientos entre las tasas oficiales, estaba siendo más que compensada por un aumento del gasto. Así, si el déficit fiscal al cierre del 2013 era de 17%, para el 2014 esa cifra se aproxima más a 20%.

–La situación es grave, entonces. –Mira, entre abril y junio, la tasa de crecimiento de la base monetaria era de 70-75%. Entre Julio y Octubre se ubicó entre 80%-90%. Todo ese crecimiento está correlacionado con el financiamiento del Banco Central a las empresas del Estado, y en particular a PDVSA. El gobierno, durante los tiempos de Hugo Chávez, satanizó la independencia del Banco Central, la etiquetó de neoliberal e imperialista, y con ello abrió la puerta al financiamiento del déficit público imprimiendo billete. Es eso y no otra cosa lo que está detrás de la gran aceleración inflacionaria y la explosión de la cotización del dólar paralelo. Hacia mediados de año uno se daba cuenta de que si el precio del petróleo se mantenía estable, y el gobierno no recortaba el gasto, iba a ser necesario imprimir una enorme cantidad de dinero. Ahora imagínense ustedes cómo queda ese escenario, cuando el barril de petróleo venezolano ha caído a 53 dólares. Ahora sí que han cambiado algunas premisas fundamentales: A este ritmo, para mantener el gasto público en medio de un año electoral, haría falta imprimir entre 140% y 150% más de monedas y billetes. Es una locura, sí, pero ya el punto a donde hemos llegado es una locura. Es entre eso, o aumentar la gasolina, devaluar y recortar el gasto en medio de un año electoral.

–¿En verdad el país se precipita indefectiblemente a una gran crisis o hay tiempo para evitar lo que usted ha denominado un cataclismo? –Lo más importante es notar que ya el cataclismo está aquí, y por cierto, es mucho peor de lo que cualquiera se podía haber imaginado. Demos por descartadas las opiniones de las bancas de inversión que vieron en la salida de Giordani la victoria del pragmatismo, que creyeron que Ramírez tenía poder político para implementar un ajuste económico, unificar el cambio, etc. Tomemos los pronósticos más pesimistas: lo que está ocurriendo va mucho más allá de lo que cualquier pudo haber imaginado. El precio del dólar en el mercado paralelo es 30 veces más que en el oficial, la inflación de alimentos era de 89% la última vez que la vimos, porque desde hace dos meses no sale publicada. La escasez es rampante en alimentos y medicinas básicas. Ya Venezuela se encuentra en el mismo nivel que Cuba, con los inmigrantes que vienen de visita trayendo medicinas a manos llenas para sus amigos y familiares. Ahora, ese panorama era con el petróleo alrededor de 100 dólares por barril: Ahora se encuentra en 53$. Esto quiere decir que el país no tiene cómo importar lo que venía importando, y ya el gobierno se encargó de quebrar, ahogar o expropiar, a las empresas que antes producían esas cosas. De manera que la devaluación va a hacer más caros los bienes de consumo, sin ninguna posibilidad de que surja producción local más barata para sustituir importaciones. En esas circunstancias, el 2015 es un año muy difícil, tanto si el gobierno decide hacer algo, como si decide no hacerlo. La diferencia no va a estar tanto en el 2015, sino en las perspectivas de ahí en adelante.

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