Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

sábado, 25 de octubre de 2014

La ONU en Ramo Verde Por Douglas Zabala


Cuando el alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al,  se pronuncia sobre la violación de los mismos en Venezuela,  de inmediato todas las miradas voltean hacia esa inexpugnable fortaleza militar,  convertida en símbolo de opresión del mal llamado Socialismo del Siglo XXI  y de quienes hoy  a través de una misiva vergonzante, le responden el haberse excedido en su mandato al exhortar a las autoridades venezolanas a liberar inmediatamente a López y Ceballos.

Gustavo Machado,  Guillermo García Ponce y la historia viviente de Pompeyo Márquez, dejaron parte de sus almas  como prisioneros políticos de dictaduras y democracias burguesas, sin imaginarse jamás en aquellos días de sus cautiverios, como bajo un gobierno que se ufana de revolucionario puede estar sentado en el banquillo de los indiciados, ante un organismo internacional donde los delitos de esa naturaleza no prescriben y donde más temprano que tarde los culpables serán castigados.

Si en materia de derechos humanos la ONU  ha definido  que la libertad, la justicia y la paz, tienen por base el reconocimiento de los derechos iguales e inalienables del ciudadano, y si nuestra Constitución establece en su articulo 285 la necesidad de garantizar que en los procesos judiciales exista el respeto a los derechos y garantías constitucionales, así como a los convenios internacionales suscritos por la República, como explicarle al mundo tantos desafueros con sus presos políticos.

Si algo ha tenido en común casi todas las experiencias socialistas, ha sido la bestialidad con la que han tratado a la disidencia política. Fidel inicio su revolución fusilando a la elite Batistera.  Stalin impuso los Gulag y terminó  echándose al pico a su camarada Trotsky.  Khrushchev  se inventó las psikhushkas, mejor conocidas como las Psicoprisiones, justificándolas en su celebre frase: “Podemos decir con claridad de aquellos que se oponen al comunismo que su estado mental no es normal”.

Siempre se ha dicho que a Hugo Chávez y al resto de los responsables de la asonada militar, el régimen democrático burgués los trató con respeto, garantizándoles todos sus derechos, y yo diría con guante de seda,  en comparación a las salvajes torturas a las cuales fueron sometidos dirigentes políticos de la talla de Fabricio Ojeda, Alberto Lovera y Jorge Rodríguez.   Ahora bien, tendrá en cuenta estas experiencias la camarada Fiscal a la hora de asumir su vigilia por los derechos humanos.

El propio José Vicente ha tenido que desempolvar su vieja condición de defensor de los perseguidos políticos; no en balde con anterioridad había pedido la libertad de Simonovis y ahora anda pidiendo esclarecer el asesinato de Odreman y demás masacrados en Quinta Crespo.  De seguir Nicolás imponiendo, al viejo estilo del socialismo fracasado, políticas de terror y violadoras  de derechos humanos, hasta los representantes de la ONU y todos quienes lo denuncien, terminaran  en Ramo Verde.

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