Nadie tiene "derecho" al bienestar sino tan solo a la oportunidad de labrárselo con su propio esfuerzo.
La cumbre de los Brics ocurrida en Fortaleza, Brasil, sugiere algunas reflexiones que nos proponemos abordar.
En primer lugar la gente se pregunta qué es eso de Brics. Se trata de las iniciales de los países que conforman ese grupo (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
La noción aglutinadora inicial (2006) del grupo fue la de que esas naciones son importantes ya sea por su tamaño, riquezas, población, economía o -en el caso de Sudáfrica- su decidida vocación de emerger hacia el desarrollo. Es obvio que ni están todos los que son ni son todos los que están y por esa misma razón hay fuertes presiones por parte de quienes creen que bien pudieran estar incluidos (México, Argentina, etc.).
La cumbre recién escenificada (casualmente para permitir a Putin concurrir a la final del Mundial de Fútbol) transcurrió en un marco ampliado en el que organismos regionales de nuestro continente (Unasur, Celac) aspiraron y lograron colearse en un foro que en principio -por definición- no era para ellos lo cual dio por resultado una percepción -al menos mediática- de algo asambleario que suponemos no era la visión fundacional.
Ante tal marco no es raro que se hayan incluido declaraciones y proyectos de alta retórica y escasa posibilidad de concreción tal como el de la mentada fundación de un nuevo banco del grupo dotado de un capital inicial medianamente relevante y con el propósito anunciado de oportunamente hacer aportes sustanciales que tendrían por objeto rivalizar con la estructura financiera de la cooperación internacional occidental hasta ahora simbolizada por el Fondo Monetario Internacional , el Banco Mundial y satélites (Corporación Financiera Internacional, etc.). Aplaudimos la idea la cual luce inobjetable. La celebraremos cuando alguno de los comprometidos aporte el primer dólar al capital social, no sea que ocurra como en el tantas veces anunciado Banco del Sur (surgido de la inventiva mente de Chávez) que hasta los momentos no ha visto la luz ni parece la vaya a ver ante la sequía financiera de su principal mecenas (Venezuela).
Entretanto, en nuestro propio patio no se descarta tener que acudir a esos "malvados foros del capitalismo mundial" para que nos den alguna asistencia en aquello en lo que se especializan: fortalecer las reservas internacionales a quienes están en apuros. Naturalmente tal pirueta -a diferencia de cuando estaba el Gigante- requiere de mucha negociación entre las facciones gubernamentales y un considerable maquillaje mediático e ideológico como para que no parezca que el rumbo seguido hasta ahora fracasó. Eso sí... la medicina requerida tendría efectos secundarios que difícilmente sean entendidos por un pueblo al que se la ha venido diciendo que Venezuela es el país más rico del mundo y que tal condición nos exime del sacrificio que todos los demás pueblos -empezando por los vecinos- deben realizar en la búsqueda del bienestar. Es necesario concientizar que nadie tiene "derecho" al bienestar sino tan solo a la oportunidad de labrárselo con su propio esfuerzo. ¡Tan sencillo que es y al mismo tiempo tan políticamente poco tragable!
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