Sueño, con una familia unida, integrada en torno a principios y valores de espiritualidad, hermandad, solidaridad, respeto, comprensión mutua, donde los padres eduquen a sus hijos y que estos respeten a sus hermanos, amigos y vecinos, siempre pensando en el bienestar de sus semejantes.
Sueño, con una justicia basada en el respeto por los derechos humanos, por el bienestar social, por la equidad en la aplicación de la norma, por la sana reputación de nuestras instituciones de administración de justicia.
Sueño, con la libertad individual, con la sonrisa de los niños y niñas para que durante su desarrollo se les brinde toda la protección necesaria, el afecto, el amor que merecen estos ángeles de la patria para que no deambulen por las calles y obtengan los elementos fundamentales para su bienestar social en tranquilidad y sin acoso de ningún tipo.
Sueño, con la felicidad del pueblo venezolano por ser la patria de Bolívar, con la conservación de nuestro medio ambiente, por la justa y equitativa distribución de nuestras riquezas, con la esperanza de que todos por igual tengamos la misma oportunidad de trabajo, de respeto a nuestros derechos, a la igualdad, al acceso asistencial en salud para convertir en realidad el ideal de nuestros libertadores. Por todo esto y por la espiritualidad de la bendición de Dios todopoderoso, sueño con una nueva visión de país, conservando nuestra cultura, nuestra identidad, nuestros valores patrios y todo lo que podamos hacer realidad a través del poder.
