¿Jarrones chinos? / Por Jorge Sánchez Meleán / Economista

En diciembre de 2010 se aprobó un paquete de leyes inconstitucionales, encabezado por la Ley del Poder Popular

Es cada día más evidente, el proceso de destrucción del Estado Federal Descentralizado establecido en la Constitución de 1999. El primer intento fue el proyecto de reforma constitucional de 2007. En el texto desparecía toda mención al término descentralización y se eliminaba al Consejo Federal de Gobierno, órgano básico para la descentralización y transferencia de competencias del poder nacional a los estados y municipios.

Solo se contemplaba la transferencia de competencias de estos hacia los consejos comunales y las comunas. Negada la reforma, el régimen de la manera más descarada y cínica, burlándose de la Constitución está conformando de facto, a través de un golpe continuado al estado de derecho, un nuevo tipo de estado, unitario y centralizado al que denomina Comunal. Desde el año 2008 comenzó a debilitar aún más a los estados y municipios, revirtiendo competencias y servicios hacia la República.

Después, en el 2010, puso en funcionamiento al Consejo Federal de Gobierno, con una ley contraria al espíritu del artículo 184 de la Constitución, que avaló la eliminación del Fides y la desnaturalización de la Laee, para acabar con la descentralización fiscal y repartir recursos con criterios más políticos que técnicos. En diciembre de 2010 se aprobó un paquete de leyes inconstitucionales, encabezado por la Ley del Poder Popular, que en conjunto con las anteriores conforman una Constitución apócrifa, paralela a la de 1999. Solo quedaba pendiente: la Ley de Transferencia de Competencias y Atribuciones de los Estados y Municipios a las Organizaciones del Poder Popular. Dos años después el Presidente promulga la Ley Orgánica para la Gestión Comunitaria de Competencias, Servicios y otras Atribuciones. Con esta ley se despojará a estados y municipios de más competencias y recursos importantes.

Se les convertirá en simples jarrones chinos dentro de un modelo de Estado en el que no tienen cabida. ¿Vamos a permitir impasibles este nuevo despojo? ¿Vamos a quedarnos de brazos cruzados mientras se desmantela la descentralización? Continuaremos. La Verdad.com