No es ir contra los militares. De lo que se trata es que vuelvan a sus funciones y los políticos a ocuparse de las instituciones
Si el electorado del 12 de febrero hace un análisis de los planteamientos de los candidatos de la unidad, debería premiar con el voto a Pablo Pérez, que se presenta como el abanderado contra el centralismo, el mal del actual régimen. Le faltaría por asumir si es electo, la segunda consigna que pudiera llevarlo a Miraflores, atacar de frente y sin ambages el militarismo.
Las provincias venezolanas se encuentran minusválidas. El autócrata pregona un federalismo multinacional, a través del Alba, Unasur y la Celac, pero le niega a sus propias regiones los presupuestos necesarios, especialmente cuando se trata de gobiernos provinciales y municipales adversos a su proyecto. Dos ejemplos desenmascaran lo que cree positivo de sus misiones. En el Zulia desde el 2010 ha aumentado la pobreza extrema, según la Universidad del Zulia. Hay 713.294 zulianos en esa condición. Buscando un apoyo continental para su figura comprando productos agrícolas a otros países y quebrando a los productores nacionales de café, azúcar y leche, ahora quiere infundirle nueva vida al moribundo sector y culpa del crimen a los bancos.
Porque a Chávez le pasó lo advertido por Maquiavelo en sus escritos. Cuando el gobernante no controla sus pasiones a través de un carácter bien formado que es la virtud, se engaña y engaña con lo que cree el éxito y se cubre con desplantes y cuentos.
No son "Las venas abiertas de la América Latina" lo que debieran estar citando los oficiales y los jueces. Son los escritos contra el militarismo culpable del atraso de nuestros pueblos. En el acelerado progreso de Brasil, Chile y Perú y en el no menos loable esfuerzo por el desarrollo de El Salvador, Uruguay, Ecuador, Honduras y Panamá, hay una razón común: regresaron los militares a los cuarteles. Incluso algunos de ellos, como Colombia, pusieron de moda el asignar como ministro de la Defensa a un civil.
No es ir contra los militares. De lo que se trata es que vuelvan a sus funciones y los políticos a ocuparse de las instituciones. Platón en Grecia, afirmaba que la obediencia de los militares debe estar al servicio de la sabiduría de los gobernantes, porque la razón de ellos está en el pecho en las condecoraciones. El crecimiento económico tiene un paso previo: el reordenamiento político. El día que Venezuela reivindique el federalismo y la democracia de los civiles, comenzará una nueva historia. http://www.laverdad.com
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