El olor de la pólvora y gases lagrimógenos que salían de las bocas delos fusiles de los policías que rodilla en tierra nos esperaban frente a la sede del Colegio de Periodistas, nos hizo correr de un lado a otro, de pronto nos vimos contra la pared del viejo Aripo, apuntados por la metralla de un policía que con fuerte acento andino gritaba ¡cuidado con moverse o les vuelo la cabeza! nos abalanzamos sobre este, soltó la metra y al igual que nosotros , corrió como un loco, el resto de los camaradas fueron subidos a empellones al bus policial con Ochoita y Héctor a la cabeza ¡estudiantes, cabezas caliente, para que aprendan coños de madre!Una y otra vez, se repitió la protesta, primero contra contra Betancourt, Leóni Carlos Andrés, Caldera, Lusinchi ,denunciando injusticias , corriendo,huyendo de balas y golpes,quemando carros,soñando con la revolución ,paz y amor para todos,repitiendo no al hambre, la miseria, el rancho, la ignorancia, las enfermedad, la dictadura.
Los años pasaron y cuando parecía ser que el sueño llegaba a su fin para convertirse en realidad, mire atrás y vi como a los que acompañe y me acompañaron, detenían el camino y para mi asombro estaban en la otra acera, los mas cambiaron el nosotros por el yo "si yo estoy bien, todos estamos bien" cuando por años la consigna fue " si nosotros estamos bien, yo estoy bien" ¿Qué ha pasado ¿ a algunos se lo trago el sistema que tanto combatimos, otros, desilusionados hacen frente a lo que consideran engaño, vimos a pocos pasos la meta, gritan, pero esta desapareció.
Los menos, mal vistos por los que buscaron otros rumbos y por los que creen están en el camino correcto, somos señalados por ambos, sin definirse nos gritan, pero, lo hicimos años atrás guiados por los gritos de las gargantas que perseguían un ideal, no a un hombre, y continuamos en su búsqueda por los siglos de los siglos.
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