Estamos en un laberinto o acabamos con la INSEGURIDAD o esta acaba con todos. A cualquier precio, utilicemos todas las herramientas pero ¡YA! estamos llegando al punto que no tenemos mañana, o enfrentamos esta maldición o desaparecemos.
Es posible vivir cuando tenemos que estar mirando a cada lado mientras caminamos, o llamando cada cinco
minutos a saber si están allí, llenándonos de coraje para compartir ratos con amigos tratando de tener un automóvil, producto de nuestro trabajo, lo menos presentable posible para que no lo roben o nos asalten, con hogares llenos de cerraduras, cercas eléctricas o vidrios, dudando de todos, escondiendo nuestros haberes y lo mas grave, perder a los nuestros que es peor que morir, cuando tenemos que enviar a nuestros hijos y nietos fuera del país, muere una parte de nosotros.
Venezolanos y Extranjeros resolvamos este problema, mañana es tarde, el problema no es de políticos ricos o pobres, es de todos. Como hacerlo: Declaremos la guerra a la INSEGURIDAD, como toda guerra, todo se vale. No es huyendo ni manteniendo ladrones de carros o personas, pagando rescates o vacuna como lo lograremos, tampoco contratando para que nos cuiden o haciendo maletas, es utilizando las dos únicas armas disponibles FORMACIÓN y REPRESIÓN. No es haciéndonos los locos ante la formación actual, ni inscribiendo nuestros hijos en instituciones repartidoras de títulos y diplomas, es necesario que todos los representantes y profesores declaremos en crisis la educación, rescatemos la educación FAMILIAR, aquella que hemos perdido en nombre del modernismo, haciendo de los padres el ejemplo a seguir, y volver a aquellos padres, que aun careciendo de educación formal no aceptaban bajo ninguna condición que llegáramos al hogar con el juguete del vecino o compañero de clase, es regresa a los padres que con su ejemplo y decencia marcaban la pauta, es volver a aquellos tiempos en que todos comíamos juntos, hablábamos y discutíamos en familia y respetábamos la jerarquía del mayor, sostenida con su conducta, es necesario eliminar la absurda respuesta de no tener tiempo para orientar y dirigir el hogar.
En el abandono de la educación familiar esta una de las mayores causas de nuestra delincuencia, no es utilizando a los cuerpos policiales para reprimir, es uniendo a todos estos con el Ejercito y la justicia a la cabeza, y todos nosotros apoyándolos. La pobreza no es sinónimo de delincuencia, eso es falso, los que la hemos vivido lo sabemos y aseguramos.
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