Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

miércoles, 17 de junio de 2009

Venas abiertas venezolanas / Juan Uslar Gathmann

Venas abiertas venezolanas / Juan Uslar Gathmann

Una noticia muy interesante ha resultado la propuesta del gobierno de
República Dominicana de pagar con caraotas y turismo la deuda
pendiente por concepto de adquisición de petróleo venezolano. Merece
ser analizada no sólo desde el punto de vista político, sino también
histórico y económico, ya que se repite ante nuestros ojos la misma
política que en el siglo XVII financió con el oro de América el
desarrollo de Inglaterra y Holanda, gracias a la falta de visión del
Reino de España, mientras sus súbditos disfrutaban la fiesta, hasta
que se acabó.

Las venas de Venezuela, abiertas por nuestras propias manos.

La otra razón es porque ilustra bien el resultado de preferir
controlar la producción petrolera para lograr precios altos, cuyos
ingresos "por no hacer nada" o sea por producir poco, van a parar al
Estado quien los distribuye a su mejor entender; uno de cuyos
resultados es justamente este que estamos viendo. En otras palabras,
que ante la posibilidad de multiplicar la producción petrolera
nacional con el concurso de todos en el país (política de principios
de los 90), que compensa los precios bajos con altos volúmenes y
muchísima inversión regional y los empleos que se derivan, se prefirió
lo contrario: Precios altos, baja producción y, en lugar de invertir
el ingreso, se despilfarró a los cuatro vientos.

Específicamente, el gobierno de República Dominicana propone pagar una
parte de la deuda que tiene con Venezuela sembrando unas 7.000
hectáreas de caraotas negras ­en ese país, no en Venezuela­ y
brindando servicios turísticos también en ese país, presumiblemente
para que los venezolanos viajen más para allá y se genere más empleo
en esa nación. Desde el punto de vista dominicano, una solución
positiva porque se generan cosas muy buenas para ellos como inversión
y empleo. En el caso venezolano, en el mejor de los casos, se obtienen
votos favorables en foros desprestigiados como la OEA. A todas luces
un intercambio desigual desde el punto de vista del desarrollo de
ambos países.

Esto, por supuesto, no es la primera vez que lo hacemos y la
"agricultura de puertos" es el resultado visible. Esta vez no es sólo
por la sobrevaloración del bolívar, sino porque no ha funcionado el
experimento socialista y nuestra impedida producción capitalista no
encuentra alternativa, sino en importaciones de producción capitalista
extranjera. Tal Cual

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