El país que viene / Simón García

El Presidente está atrapado por las elecciones. No puede eludirlas. Afectaría su percepción internacional y resolvería las incertidumbres sobre la naturaleza de su plan.

Los resultados le serán desfavorables. Lo derrotarán los problemas que no pudo resolver. El trauma que la inseguridad y la inflación ocasionan en el cuerpo social. Las otras crisis que se anuncian en los apagones o la situación de los hospitales; en la caída del rendimiento escolar y el desabastecimiento alimentario. Bajo la retórica socialista nos hacemos más dependientes de los mercados capitalistas externos.

La concentración, la centralidad y el autoritarismo del poder están pasando factura. Los intentos de criminalizar las críticas, procedan de adversarios o partidarios, han revuelto la genética caribe. Una parte del oficialismo, sentada en el banquillo de los condenados, ha tenido que aferrarse a la cola de una fe reducida a lealtad con el proceso. Puestos en el sitio reservado a los enemigos han descubierto que el líder único es mortal.

Las primarias sacaron a flote rivalidades propias de ese tipo de competencias, pero también divergencias que buscan articularse como corrientes internas en el PSUV. En varios casos la sumisión enmascarada bajo la solicitud de disciplina generó un rechazo que adquiere tonos de rebeldía.

Resultará cuesta arriba recoger los vidrios.

A este "desorden bajo los cielos"se suman las contramarchas en la estrategia de ejecutar el modelo de sociedad que el país rechazó. El primer recule importante fue en el intento de sustituir la pedagogía con la ideología como pretendía la confiscación curricular de las escuelas.
Luego vino el cobro de la señal de VTV. Después lo del pasaje. Por último la ley contra la inteligencia, como todas las que afectan derechos irrenunciables.

Se dice que los frecuentes retrocesos los justifica la conveniencia electoral. La explicación refuta el rumor sobre provocaciones para suspender las elecciones. Hablan más bien de respuestas frente al control social propias de las democracias. El reconocimiento público del error y las ofertas de rectificación no son reacciones ordinarias.

Pero el dato más resaltante es la activación de los valores cultivados durante cuatro décadas de otra República. La decisión de los jóvenes de proteger su libertad y sus horizontes de vida. La contención que contrapone la sociedad.

La tendencia de fondo es el empuje constante hacia la democracia.

Se trata de victorias probablemente aún no suficientemente aprovechadas. Triunfos nacidos de una novedosa sinergia entre movimiento social y renovación partidista. Transformaciones de opinión que se van a conectar, podría añadirse que a drenar democráticamente, en las elecciones de noviembre.

Posibilidades de ganar otro país.

El inicio de una nueva redistribución del poder. Un renacimiento. Tal Cual digital