Mantiene esperanza pero sin hoja de ruta y dependiendo de factores externos: así cierra 2025 la oposición bajo el liderazgo de Machado
Politólogos no dudan que entrega del Nobel de la Paz a Machado impulsó su liderazgo y visibilizó lucha democrática. FOTO: EFE.

Luego de más de un año en la clandestinidad, la entrega del Nobel de la Paz a María Corina Machado, en reconocimiento a la lucha democrática en Venezuela, reavivó la esperanza por un cambio político en Venezuela a lo interno y externo, a pesar de los grandes obstáculos de un contexto represivo y la incertidumbre sobre la duración e implicaciones del exilio de la líder opositora. 

Este año 2025, la capacidad movilizadora de la oposición -incluidas las protestas sindicales – fue duramente golpeada por la persecución política y numerosas detenciones arbitrarias por parte del gobierno de Nicolás Maduro, documentadas por defensores de derechos humanos e instancias internacionales como el Alto Comisionado de Naciones Unidas (ONU) y la Misión de Determinación de Hechos. 

A ello se suma la división entre quienes mantienen su respaldo al liderazgo de Machado y quienes le reclaman falta de estrategia para hacer valer la voluntad popular del 28 de julio de 2024 a favor de Edmundo González, quien permanece fuera del país impedido de tomar posesión del cargo de Jefe de Estado. 

Politólogos consultados por Efecto Cocuyo señalan que si bien Machado mantuvo apoyo popular interno, su estrategia denota mucha dependencia de factores externos para el cambio político, lo que aumenta la incertidumbre sobre el desenlace de las actuales presiones por parte de Estados Unidos sobre Miraflores y que puedan favorecer o no al retorno de la democracia venezolana.

“Año muy complicado”

Fue un año muy complicado para la oposición, entre otras razones por la clandestinidad de su principal líder María Corina Machado, el presidente de la República electo en 2024 en el exilio, continuación de las detenciones y persecuciones a diversos sectores contrarios al régimen de Maduro, y varios actores que participaron activamente en la oposición democrática como (Henrique) Capriles y UNT, con un discurso y acciones contrarias no solo al liderazgo de María Corina, sino también respecto del sentir de la mayoría de la población”, sostuvo el politólogo Jesús Castellanos Vásquez. 

A su juicio, el contexto mencionado configura “una oposición democrática debilitada” en términos absolutos. Pero también traslada la debilidad al apoyo de base que ostentaba Miraflores y que quedó evidenciado, no solo en la derrota electoral de 2024, sino en los comicios parlamentarios, regionales y municipales de 2025, así como en las consultas populares y convocatorias de calle realizadas. 

La movilización opositora se vio casi paralizada gracias, principalmente, al miedo frente a la represión mientras que las bases del oficialismo no se activaron de forma significativa, debido, fundamentalmente, a la falta de legitimidad de Maduro y demás actores en el poder. Lo cierto es que la fuerza mayoritaria de la oposición se percibe como altamente dependiente de terceros actores, principalmente EEUU, y otro sector minoritario – UNT, Capriles, entre otros – es vinculado con el actual régimen”, señaló Castellanos Vásquez. 

De acuerdo con la ONG Foro Penal, hay 902 presos políticos en Venezuela, totalizados al 15 de diciembre de 2025. El fenómeno denominado por activistas de derechos humanos como “puerta giratoria” se profundizó este año con sucesivas encarcelaciones contra civiles, sindicalistas, defensores de DDHH, periodistas y políticos, principalmente de Vente Venezuela, organización que lidera Machado, con más de 100 miembros detenidos

El resto de las organizaciones políticas que la apoyan y que hacen vida en la Plataforma Unitaria Democrática (Encuentro Ciudadano, Copei, Primero Justicia, Causa R, Acción Democrática, Convergencia y Voluntad Popular) operan de bajo perfil o resguardados para no poner en riesgo a sus activistas en las regiones. Desde las presidenciales de 2024, el país permanece tomado por las fuerzas militares y policiales con apoyo de grupos civiles armados afectos al chavismo, especialmente en las zonas populares.

Resistencia no violenta 

“María Corina Machado consolidó apoyos internos, más o menos 80% de opositores, convirtiendo demandas en salidas proactivas. Edmundo González como candidato proxy (apoderado) fue un acierto, pero se debe evaluar la percepción de una lucha desde el exterior etérea. Machado ganó visibilidad internacional con el Nobel de la Paz 2025, amplificando el aislamiento del gobierno y atrayendo inputs externos como diálogos con Trump, junto a la izquierda democrática internacional”, es el balance del politólogo Joaquin Ortega. 

Desde su punto de vista, y pese a lo mermado de la movilización interna opositora debido a la represión política, Machado mantuvo el músculo de la “resistencia no violenta”, y generó un intercambio positivo con la sociedad civil y la diáspora en EEUU y Europa. De allí que su figura se viera refrescada al recibir el Nobel por parte de Noruega.

“Como principal desacierto señalaría la dependencia excesiva del discurso de intervenciones externas, sin fracturar lealtades internas (militares). Crea, por lo tanto, un feedback negativo sin logros estructurales burocráticos”, dijo en coincidencia con Castellanos.

Durante su estadía en Oslo, Machado reiteró que no tiene relación con el despliegue militar en el Caribe, ordenado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pero respalda las acciones contra la administración de Maduro por constituir- ha afirmado- una estructura criminal con vínculos internacionales que mantiene sometido a todo un país que votó por un cambio el 28 de julio de 2024. 

Ya fuera de la capital noruega, en una ubicación no revelada, se espera que la líder opositora pueda reunirse con Trump o al menos con actores claves de su gobierno, como el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio.

“En síntesis, en el balance hay logros en tracción global, es decir, notoriedad, que superan desaciertos, pero urge mayor autonomía interna. Creo que Machado cierra 2025 con cierta fortaleza, impulsada por el Nobel y la presión de Trump sobre Maduro, alianzas con una izquierda light previamente pro chavista y aislamiento del gobierno, con un feedback que eleva la moral. Pero las vulnerabilidades persisten por divisiones y represión, lo que implica un equilibrio precario hacia 2026”, apuntó Ortega. 

Desafíos

La causa democrática venezolana bajo el liderazgo de Machado mantuvo igualmente el apoyo de gobiernos como el de Chile, Ecuador, Bolivia, Argentina, Paraguay y Panamá. Los mandatarios de los últimos tres países acudieron a la ceremonia de entrega del Nobel de la Paz para Machado el 10 de diciembre de 2025 en Oslo.

Este 2025, también se sumó la salida de la zona neutral por parte del mediador, Noruega, al señalar abiertamente a Miraflores como un régimen violador de derechos humanos. 

El discurso del presidente del Comité Noruego del Nobel, Jorgen Watne Frydnes en el acto de entrega del Nobel de la Paz, aún retumba: «Debe (Maduro) aceptar los resultados electorales y renunciar a su cargo. Debe sentar las bases para una transición pacífica hacia la democracia, porque esa es la voluntad del pueblo venezolano. María Corina Machado y la oposición venezolana han encendido una llama que ninguna tortura, ninguna mentira y ningún miedo podrán apagar». 

En 2025 no se mostró una hoja de ruta propia de la oposición democrática; por lo que entre los desafíos de la oposición de cara al próximo año es demostrar que se tiene fuerza propia, capacidad para reunificar y dar respuestas al país, que se cuenta con un plan de acción -con estrategia y actores venezolanos- y que no se depende únicamente de las acciones de EEUU”, es la respuesta de Castellanos Vásquez sobre lo que se espera del liderazgo opositor en lo adelante.

Para Ortega, tras su salida del país y la incertidumbre en torno a su regreso por razones de salud y seguridad personal, si no media un hecho que precipite un cambio político en Venezuela o no se vislumbra una estrategia, Machado se enfrentará inevitablemente a un desgaste.

En este sentido ubica entre los principales retos de la oposición convertir la presión externa hacia Miraflores en fracturas internas que faciliten una transición democrática que no implique demasiada intervención de los aliados internacionales. De la gestión de Maduro no espera más que seguir resistiendo con el apoyo de Rusia, China e Irán.

“Debe lograr una adaptación sistémica para superar la principal fortaleza del gobierno que es la flexibilidad y la adaptabilidad. En el gobierno juegan con altas dosis de ingenio, poder clientelar, dinero de la energía y las criptos, y alianzas reales con Estados rebeldes; mientras que María Corina Machado es, por ahora, el rostro de un sentimiento”, concluyó Ortega.

Efecto Cocuyo - Periodismo que ilumina