El importante despliegue de fuerzas y recursos militares estadounidenses en el Caribe sugiere que el gobierno de Trump se prepara para expandir sus operaciones en la región, lo que intensifica las tensiones entre Washington y Caracas y aumenta la posibilidad de los primeros ataques estadounidenses contra Venezuela.
Las fuerzas estadounidenses en el Caribe incluyen ocho buques de guerra de la Armada, un buque de operaciones especiales y un submarino de ataque de propulsión nuclear. Cuando el portaaviones USS Gerald R. Ford llegue al Caribe la próxima semana, traerá consigo tres buques de guerra más y más de 4000 soldados adicionales.



Además del despliegue naval, el Pentágono ha realizado vuelos de bombarderos a lo largo de la costa venezolana en una demostración de fuerza y ha trasladado recursos a bases estadounidenses en la zona, incluyendo una en Puerto Rico que ahora alberga cazas F-35, según un análisis de imágenes satelitales realizado por el Washington Post.
El presidente Donald Trump ha indicado que planea intensificar las operaciones contra el presidente venezolano Nicolás Maduro, pero cuando se le preguntó el viernes si consideraba ataques militares dentro de Venezuela, respondió que no.
El Pentágono ha reconocido haber llevado a cabo más de una docena de ataques contra presuntas embarcaciones de narcotraficantes, con un saldo de al menos 61 muertos desde septiembre.
Desde el principio, el despliegue del Pentágono en el Caribe ha superado con creces lo necesario para una operación antinarcóticos, lo que sugiere que la misión siempre estuvo «dispuesta a evolucionar», afirmó Ryan Berg, director del Programa de las Américas y del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
Sin embargo, Berg señaló que la incorporación del grupo de ataque de portaaviones podría indicar que la expansión de las operaciones es inminente. “La competencia por estos buques es tremenda”, dijo, ya que solo tres están desplegados a la vez. Una vez que el Ford llegue al Caribe la próxima semana, “comenzará una cuenta regresiva y Trump tendrá aproximadamente un mes para tomar una decisión importante sobre un ataque antes de tener que trasladar” el buque a otro lugar.
En Washington, los legisladores demócratas afirman estar cada vez más frustrados por la falta de transparencia en torno a las operaciones. Los demócratas en el Congreso han acusado al gobierno de Trump de no compartir la justificación legal de los ataques.
En una declaración emitida el viernes, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos condenó los ataques, afirmando que violan el derecho internacional y constituyen “ejecuciones extrajudiciales”, dado que el gobierno de Trump no ha presentado información que demuestre que “las personas a bordo de los buques atacados representaban una amenaza inminente para la vida de otras personas”.

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