viernes, 31 de octubre de 2025

Países Bajos rechaza a la extrema derecha en las últimas elecciones


Los resultados de los comicios en el país, en los que se impuso la centroizquierda, podrían ofrecer lecciones para la ultraderecha europea.

Gente que paseaba delante de un cartel de campaña.
Un cartel de campaña de Geert Wilders en La Haya el miércolesCredit...Simon Wohlfahrt/Agence France-Presse — Getty Images

En las elecciones nacionales del miércoles, los votantes neerlandeses rechazaron a un partido de extrema derecha que había provocado meses de agitación política y, de manera inesperada, le dieron su apoyo a un partido de centroizquierda que se postuló con promesas de estabilidad y esperanza.

Es probable que esta repentina reorientación allane el camino para un gobierno más centrista en los Países Bajos, lo que dice algo sobre el estado no solo de la política neerlandesa, sino del populismo en Europa en general.

Demuestra que la extrema derecha, incluso en un lugar que antes parecía estar en una marcha inexorable hacia un mayor poder, es capaz de toparse con un obstáculo.

“Pensábamos que era algo casi determinista, que la derecha radical siempre iba a crecer, que era a prueba de balas”, dijo Kristof Jacobs, politólogo de la Universidad de Radboud, situada cerca de la frontera alemana. “Después de todo, no es tan a prueba de balas”.

El jueves, los recuentos oficiales mostraron que el ultraderechista Partido por la Libertad de Geert Wilders, que arrasó en 2023, había perdido 11 escaños en la Cámara de Representantes neerlandesa. Estaba previsto que empatara con el partido de centroizquierda Demócratas 66, o D66, para ser el grupo más numeroso de la legislatura.

Esa votación supuso una reprimenda para el partido de Wilders, que en 2023 había obtenido el mayor número de escaños por un amplio margen. El propio Wilders, un incendiario populista con posturas estridentemente en contra del islam, había impulsado estas elecciones. En junio, sacó a su partido de una coalición, sumiendo al gobierno en el caos y haciendo necesaria la votación anticipada.

Durante el tiempo que estuvo en el poder, el partido de Wilders no logró poner en práctica sus audaces llamados a recortar el asilo y eliminar la regulación climática, ni logró gran cosa. Por eso, según dijo Jacobs, las elecciones sugieren que los grupos de extrema derecha que no cumplen sus promesas pueden ser castigados por ese fracaso. Antes parecía que nada les afectaba, añadió, porque los votantes se centraban en su retórica.

Personas con papeletas en una sala con mesas
Personal de un centro de votación contando votos en La Haya el miércoles.Credit...Lina Selg/ANP, vía Agence France-Presse — Getty Images

Teniendo en cuenta cuántos escaños perdió el partido de Wilders y cuántos ganó el partido de centroizquierda en la votación del miércoles, se espera que la próxima coalición de gobierno esté dominada por políticos más moderados.

Los votantes no abandonaron por completo a la extrema derecha. No solo se preveía que el Partido por la Libertad empatara a mayor número de escaños, según el recuento oficial facilitado por el servicio neerlandés de noticias ANP, sino que partidos más pequeños, de orientación similar, se llevaron muchos de los escaños que había perdido.

La política neerlandesa de los últimos años ha ofrecido una ventana a una de las mayores tendencias políticas que recorren el continente, dada la popularidad del Partido por la Libertad. Los partidos populistas de extrema derecha se han afianzado en todo el continente, con la Agrupación Nacional de Francia, Alternativa para Alemania (AfD) y Reform UK del Reino Unido a la cabeza de las encuestas.

Sin embargo, han obtenido resultados desiguales a la hora de alcanzar el poder. El partido de extrema derecha alemán no puede gobernar. En España, Vox ha ido ganando popularidad, pero dista mucho de ser dominante. En el Reino Unido, la derecha ha tenido altibajos, y ahora parece que su auge ha regresado.

Para Europa, las elecciones neerlandesas pueden demostrar que las declaraciones mordaces por sí solas no bastan para mantener a los votantes. El partido de Wilders fue la fuerza que impulsó una coalición a menudo disfuncional que terminó por implosionar.

“Creo que los Países Bajos están un poco hartos”, dijo René Hendriks, voluntario en una mesa de votación en La Haya.

Demócratas 66, llamado así por el año en que se fundó el partido, se presentó con una plataforma que parecía una refutación de las ideas de extrema derecha.

El eslogan del partido —“Se puede hacer”, que decenas de simpatizantes corearon en una fiesta de la victoria el miércoles por la noche— tenía fuertes ecos del eslogan de Barack Obama de 2008, “Sí se puede”.

El líder del D66, Rob Jetten, dirigió una campaña de optimismo implacable. Era lo contrario del pesimismo de Wilders, dijo Jacobs, el politólogo.

Rob Jetten, líder del partido de centroizquierda Demócratas 66
Rob Jetten, líder de D66, celebrando los resultados de los sondeos a boca de urna en Leiden, Países Bajos, el miércoles.Credit...Robin Utrecht/ANP, vía Agence France-Presse — Getty Images

El D66 prometió construir 10 nuevas ciudades para intentar resolver la persistente escasez de viviendas del país, que había sido la principal preocupación de los votantes. El partido hizo hincapié en la energía verde y se mostró receptivo sobre la inteligencia artificial. Y aunque dijo que había que expulsar del país a los inmigrantes que cometieran delitos, D66 argumentó que lo que se necesitaba eran “políticas bien pensadas y eficaces, en lugar de utilizar un lenguaje duro”.

En lugar de Wilders, que tiene 62 años y es una figura de larga trayectoria en la política neerlandesa, D66 está liderado por el más joven y menos experimentado Jetten. Jetten, de 38 años, quien se convirtió en líder del partido en 2023, podría convertirse en el primer primer ministro abiertamente gay del país.

“Parte de la explicación es que han hecho una buena campaña”, dijo Sarah de Lange, politóloga de la Universidad de Leiden, señalando que Jetten había logrado buenos resultados en los debates televisados.

D66 también era visto por muchos como un posible camino hacia una coalición sostenible.

“Una cuestión muy importante para algunos votantes es recuperar la estabilidad”, dijo.

Para muchos, Wilders parecía encarnar lo contrario.

Provocador político conocido por sus posturas antiislámicas y antieuropeas, Wilders lleva mucho tiempo pregonando posturas extremas, abogando por poner fin a la inmigración procedente de países musulmanes, así como por detener completamente el asilo.

Cuando el partido de Wilders entró en el gobierno, conseguir que esas políticas fueran aprobadas por una coalición conformada principalmente por partidos de derecha más moderados resultó difícil.

Wilders no llegó a ser primer ministro porque carecía del apoyo de sus compañeros legisladores. Luego, este verano, retiró a su partido de la coalición gobernante porque no se impulsó su plan de inmigración extrema, lo que provocó la implosión del gobierno en menos de un año.

Luego hizo campaña con esas mismas ideas.

Geert Wilders con otros hombres en una calle
Wilders en la presentación de la campaña nacional del Partido por la Libertad en Venlo, Países Bajos, en septiembreCredit...Piroschka Van De Wouw/Reuters

Tras comprobar que gobernar junto al partido de Wilders era casi imposible, los líderes de otros grandes movimientos políticos lo aislaron, diciendo antes de la votación del miércoles que se negarían a formar una nueva coalición con el Partido por la Libertad.

Eso puede haber empujado a la gente a votar por partidos que tendrían más posibilidades de acabar realmente en el gobierno, dijeron los expertos.

Además, tras meses de inestabilidad, “hay un fuerte deseo de política de centro”, dijo Henk van der Kolk, politólogo de la Universidad de Ámsterdam.

Natasja Thole van Son, conductora de ferrocarriles neerlandeses, dijo que, cuando el miércoles votó por Jetten en Róterdam, estaba pensando en la política de vivienda y en cómo se comporta el gobierno, después de muchas discusiones y poca acción.

“Lo que también espero es que los políticos empiecen a comportarse con más madurez”, dijo. “Es algo que me ha molestado mucho en los dos últimos años. Es como un jardín de niños”.

Aunque el resultado electoral del miércoles fue un claro resbalón para el Partido por la Libertad, no fue ni de lejos un momento fúnebre para el populismo neerlandés. No solo se preveía que el partido de Wilders siguiera empatado como el más grande, sino que otro partido de extrema derecha, JA21, ganó escaños en la Cámara de Representantes.

Y los partidos de izquierda cedieron terreno a medida que los votantes se acercaban al centro.

“No es como si nos hubieran borrado del mapa”, dijo Wilders.

Eso puede matizar la lección para el resto de Europa. El populismo de extrema derecha puede tambalearse, pero eso no significa que desaparezca.

Jeanna Smialek es la jefa de la corresponsalía del Times en Bruselas.

Claire Moses es periodista del Times en Londres y se dedica a cubrir noticias de último momento y tendencias.

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