Hablar de Jesús Enrique Lossada es invocar la huella profunda que dejó este zuliano ejemplar, nacido en Maracaibo el 15 de julio de 1892. Fue escritor, abogado, político y, por encima de todo, educador.
Desde sus poemarios Madréporas, El Reloj de los Girasoles y el cuento La Máquina de la Felicidad, su pluma iluminó la sensibilidad criolla, mientras su vocación pública lo llevó a ocupar cargos de alto compromiso democrático: concejal y presidente del Concejo Municipal, senador, juez, magistrado, y presidente del Consejo Supremo Electoral.
Pero es como rector de la Universidad del Zulia donde se consagra su pensamiento visionario. En la reapertura de nuestra universidad, el 1 de octubre de 1946, proclamó: "Las universidades contemporáneas tienen que administrar grandes tesoros del pensamiento, que ejercen una influencia orientadora, de finalidad ética, humanística y patriótica."
Hoy, más que nunca, esa visión debe ser abrazada por la juventud y por los estudiantes de LUZ una vez que la realidad que vive la casa de estudios zuliana, desde hace más de una década, es otra. Bloques totalmente abandonados, déficit estudiantil, inseguridad y grandes extensiones de terrenos enmontados.
Maracaibo, ciudad natal de Lossada, sufre el abandono de autoridades indolentes. La ciudad que soñó remozada, moderna, llena de luces y de ideas que sigue esperando.
Imaginemos si Lossada, fuese otra vez presidente del Concejo Municipal y pudiera recorrer sus calles: Qué pensaría al ver el olvido y la desidia en que la mantienen. Cómo movilizaría sus ideales para transformar esta triste realidad.
En tiempos de crisis, urge rescatar figuras como a nuestro Jesús Enrique Lossada, que encarnaron la democracia con pasión, honestidad y visión. No es sólo memoria: es una urgencia. Lossada sigue hablando, desde sus libros, sus discursos, y su ejemplo. Que la juventud lo escuche. Que Maracaibo despierte. Que LUZ retome la luz que Lossada encendió.
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