Es legítimo y necesario como ciudadanos venezolanos, que asumamos el protagonismo y liderazgo de nuestro destino como nación.
La conducta asumida por los ciudadanos el 25 M., de no participar en procesos que desconozcan la elección presidencial de Edmundo González Urrutia, el deslinde asumido frente a la vieja cultura electoralista, de confesa complicidad y convivencia con el gobierno, nos obliga a reflexionar sobre el nuevo papel que corresponde a la Ciudadanía en el cambio político. Revisar también el tema de la Unidad y la Cultura Política en general, en ese punto estamos.
Es legítimo y necesario como ciudadanos venezolanos, que asumamos el protagonismo y liderazgo de nuestro destino como nación. Somos las víctimas directas del Destructivismo del Siglo XXI, el cual no solo ha creado una debacle de nuestras condiciones humanas de existencia física económica, social, material, sino que ha intentado la consumación de un genocidio moral, ético cultural, de miserables resultados para nuestro país. Tenemos el derecho de redimirnos y conducir nuestra nación hacia horizontes democráticos y libertarios, de progreso, prosperidad social, material y espiritual.
Para cumplir el papel que nos corresponde como nuevos actores políticos, protagonistas de una nueva cultura política, es fundamental la clarificación sobre las tareas y áreas que debemos asumir:
Áreas de participación ciudadana: 1.- Ejercicio de su liderazgo, organización y protagonismo político y cultural. 2.- Una nueva educación que valore y desarrolle una democracia plena, no solo participación en Elecciones. 3.- Valorar y desarrollar el sentido existencial de libertad, dignidad y DDHH. 4.- Políticas Públicas. 5.- Una nueva condición geopolítica y planetaria.
Hemos avanzado significativamente, tenemos un propósito claro, el cambio político. Un liderazgo comprometido y determinado, encarnado en María Corina Machado y una ciudadanía lista para asumir su destino.
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