La estrategia trata del arte de lidiar con la incertidumbre, con lo impreciso y nebuloso del mañana, aunque con sujetos bien identificables como yo, tú y él. Carlos Matus.
Es preciso recordar que el día “D” ha quedado como un símbolo para identificar una fecha en que se debe iniciar un ataque o una operación de combate. El 6 de junio de 1944, se llevó a cabo el desembarco en Normandía que marcó el inicio de la liberación de la Europa Occidental ocupada por la Alemania Nazi durante la segunda guerra mundial.
Para librar esa batalla fué preciso sortear el ego desmedido de Montgomery; el comportamiento belicoso de Patton; las inquinas de Roosevelt y De Gaulle, sobre todo el menosprecio de éste a la inmensa ayuda de los aliados; se hizo necesario también el papel jugado con infinita paciencia por Eisenhower y la prudencia excesiva de Bradley; sin embargo, logrado los acuerdos, el resultado fue una gran victoria y el derrumbe del mal que se cernía para la humanidad, aunque el costo en vidas humanas fue elevadísimo.
La gran mayoría del pueblo venezolano ha exigido insistentemente en un gran acuerdo político, amalgamar una unidad fuerte, decidida y esperanzadora, de larga visión y alcance que garantice el avance de las fuerzas democráticas, para ello es menester incorporar a la sociedad civil organizada a ése gran acuerdo, que le dé la fortaleza necesaria. Hoy contamos con un candidato electo y con excelentes candidatos de viejas y nuevas generaciones.
Para llegar a ese nuestro día “D” decisivo sabemos que se requiere mucha paciencia, inteligencia y conciencia, y también superar los egos inflados, las intemperancias, las inquinas y los comportamientos insensatos de algunos líderes y de los que se creen sin serlo. Ese día marcará un punto de inflexión en la historia política del país.
Oigamos las palabras de la experiencia, la decencia y la cultura democrática de los más reconocidos expresidentes en esa materia las cuales por estar referidas a la defensa y fortalecimiento de la democracia en el mundo, han causado escozor en el espinazo del hamponato político instaurado en el poder en Venezuela. Conviene ahora seguir el rumbo que nos tracemos con la unidad al frente.
Tenemos también los lineamientos para un programa de gobierno de unidad nacional. Hay que pasar a la acción. Se debe hacer lo que se tiene que hacer. Se debe recorrer el país casa por casa, difundiendo como un apostolado de la democracia el mensaje de unidad, inclusión y reconciliación entre quienes lo merezcan. Corresponde a todos los demócratas por convicción, hacer comprender y defender las acciones que se contemplan en los lineamientos del plan los cuales abarcan todos los aspectos a los que una sociedad que quiere vivir en libertad aspira.
Hay que atender a la necesidad de encarar con seriedad la reforma educativa en todos sus niveles y modalidades como ya lo han hecho otros países, tomando en cuenta los avances científicos, tecnológicos y el rescate de los valores. Japón nos sorprendió aprobando un revolucionario plan educativo piloto que lo ha denominado “Cambio valiente”, que forma a los niños como “ciudadanos del mundo” , rompiendo todos los paradigmas existentes. El programa dura 12 años y está fundamentado en los siguientes conceptos: cero patriotismo, cero materias de relleno, cero tareas, y solo tiene cinco materias.
En la unidad opositora se identifica la actual política del régimen de querer impartir una pobre educación para los más pobres en vez de ofrecer “educar para la democracia y la formación ciudadana mediante un acuerdo social y político de la sociedad civil, gremios y partidos políticos”, es decir, poner en práctica para el sector educativo lo que está en boga en América Latina y que se conoce como pacto para lograr la cohesión social. Entre otros objetivos se propone que todo niño de 4 a 17 años se encuentre estudiando; que todo niño a la edad de 8 años se encuentre alfabetizado y que todo joven haya concluido el bachillerato a los 19 años.
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