ENSEÑANZAS DE LA JUNTA PATRIÓTICA Por Douglas Zabala

El 14 de junio de 1957 nació la Junta Patriótica, un frente unitario conformado por representantes de Acción Democrática (AD), COPEI, Unión Republicana Democrática (URD) y el Partido Comunista de Venezuela (PCV). Su misión era clara: resistir la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y restaurar la democracia en Venezuela.

En un país sometido a la represión y la censura, este movimiento representó el derecho legítimo del pueblo venezolano a luchar contra la opresión. Los Miembros de la Junta Patriótica, fueron Fabricio Ojeda (URD), Guillermo García Ponce, (PCV). Enrique Aristeguieta Gramcko (Copei) y Silvestre Ortiz Bucaram (AD).  

Su labor culminó el 23 de enero de 1958, cuando las fuerzas democráticas, respaldadas por militares comprometidos con la causa, propiciaron la caída del régimen.  Aquel día, Radio Caracas Televisión fue ocupada por conspiradores, y el Dr. Centeno Lusinchi anunció a la nación el levantamiento militar. Mientras el dictador huía, en la Escuela Militar se instauró una Junta de Gobierno liderada por Wolfgang Larrazábal.

Cuando cayó la dictadura de Pérez Jiménez, en Maracaibo la noticia corrió como pólvora hasta el punto que en medio del deseo de vivir en democracia, de inmediato se dieron manifestaciones por la libertad de los presos políticos, detenidos en las mazmorras marabinas. Algunos prisioneros del régimen llevaban varios años presos. Ese día recobraron la libertad, entre otros, Luis Vera Gómez y Paz Galarraga.

Así como en 1957 el pueblo venezolano enfrentó la tiranía con organización y valentía, la generación actual tiene la responsabilidad de defender los valores democráticos, fortalecer las instituciones y garantizar que la voz del pueblo expresada en las urnas electorales sea respetada.

Entre las enseñanzas de la Junta Patriótica debemos resaltar que la democracia es un proyecto inacabado, un ideal que requiere protección y reafirmación en cada época y que hoy su defensa de forma pacífica, democrática y electoral sigue siendo un compromiso ineludible.