viernes, 16 de mayo de 2025

Europa se prepara para regresar a la guerra


Tomada de El Confidencial

El plan de rearme de la Unión Europea es una alerta a la escalada de los conflictos y guerras que se han desatado en el Medio Oriente. Cada uno de los países involucrados son potencias militares con proyectos hegemónicos. Han destinado grandes recursos para aumentar su poder nuclear y están poniendo en juego el destino de la humanidad

Francisco Olivares 15.05.25

Después de ochenta años, de una relativa tranquilidad con reglas de negociación internacionales establecidas desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Europa nuevamente se prepara para ir a la guerra. El plan “ReArm Europe” ya está en marcha con inversiones en el área militar estimadas,en una primera etapa, en 800 mil millones de euros.

“Si Europa quiere evitar la guerra, Europa debe prepararse para la guerra” dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, al anunciar el incremento del gasto militar y la reorientación de la industria de defensa presentado en Bruselas a comienzos de marzo.

No son sólo los europeos los que se preparan para una nueva era de conflictos cuyas dimensiones nadie es capaz de estimar. Los más importantes líderes de la Unión Europea han decidido abandonar su limitado estado de confort del que han disfrutado durante años y prepararse para lo que ven como inevitable. Algunos observadores señalan que estamos viviendo los últimos momentos de la paz que se logró con el final de la “Guerra Fría” (1945-1991) y la antesala de lo que podría llamarse la Tercera Guerra Mundial, en la que Europa podría convertirse en uno de los principales escenarios de ese conflicto.

Esta vez no existe un escenario geográfico determinado. Las guerras en la era tecnológica tienen variedad de expresiones en donde la frontera territorial es sólo uno de los escenarios.

Las guerras y conflictos armados que se desarrollan en el Medio Oriente solo son una parte visible de lo que está comenzando a ser una escalada en los frentes bélicos con muchos factores en el juego. Así ha sido la invasión rusa a Ucrania; la aspiración imperial de China y su objetivo sobre Taiwán. La guerra de Israel y la Franja de Gaza que involucra al menos a cinco países. Los ataques hutíes desde Yemen y las respuestas de EE.UU. e Israel. La caída de Bashar Háfez al-Ásad en Siria en la que han estado involucrado varios países e intereses étnicos. Corea del Norte, aliado de Vladimir Putin, se incorporó a la guerra contra Ucrania, que en realidad es un conflicto contra Occidente y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Putin y Xi Jinping se preparan para profundizar su alianza económica y militar para fortalecer sus proyectos hegemónicos frente a EE.UU. y Europa. Las amenazas a la seguridad europea no solo están en la frontera con Rusia sino en los proyectos de dominio islámico desde Irán que comenzó desde hace muchos años con la migración masiva hacia los principales países de Europa.

Mientras tanto a la celebración en Moscú y su desfile militar por los 80 años de la derrota del nazismo, asisten desde Latinoamérica los autócratas aliados a las potencias antioccidente como Miguel Díaz-Canel y Nicolás Maduro. Jinping, figura central en ese evento, se prepara para profundizar acuerdos económicos y militares con Rusia, pero al mismo tiempo intenta resguardar los inmensos intereses que mantiene con Occidente e invita a Von der Leyen a conversar para conocer el alcance del rearme europeo.

Cada país involucrado en alguno de esos conflictos son potencias militares o económicas que tienen sus propios proyectos y para ello han destinado durante años grandes recursos para acceder a la tecnología, armarse y formar parte de los poseedores de armamento nuclear. De manera que en los proyectos hegemónicos de cada autócrata lo que está en juego es el destino de la humanidad. 

La invasión rusa avivó las llamas

Los planes de rearme europeo y la creación y consolidación de un sistema de defensa frente a las múltiples amenazas que hoy rodean al continente, se profundizaron a partir de la invasión de Rusia a Ucrania. La decisión de tomar acciones de mayor compromiso se aceleraron a partir de la llegada de Donald Trump al poder, ante sus políticas de poner fin a la guerra en Ucrania, reducir sustancialmente el apoyo militar a la OTAN, retiro de tropas en regiones importantes y la interrupción de la ayuda militar estadounidense a Ucrania.

El anuncio del plan de rearme europeo se hizo el pasado 4 de marzo, presentado por la Comisión Europea en Bruselas. Al evento también asistió el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky.

El proyecto “ReArm Europe” busca dotar a la Unión Europea de una fuerza militar suficientemente fuerte para garantizar su propia defensa sin tener que depender de la alianza con EE.UU. Un punto que destaca es la defensa de Ucrania y la decisión de duplicar su ayuda en armamentos.

El rearme requiere de grandes recursos que solo pueden ser obtenidos con el aumento de la inversión militar de todos los países de la Unión Europea, que como lo indican los informes ha sido en los últimos años de solo 1,9% y requiere ser elevada al menos a 3% del Producto Interno Bruto (PIB). Especialistas en el área de defensa han explicado que las armas modernas ameritan gran inversión no solo en la producción de armamentos sino en avanzadas tecnologías y sistemas satelitales. Cuando un país entra en guerra, como el caso de Ucrania, se ve obligado a destinar al menos 50% de su PIB para la producción de armas y sistemas de defensa.

La Unión Europea está compuesta por 27 países de los cuales 23 ya forman parte de la OTAN que cuenta con 32 países.

Pero no todos los países están dispuestos a aumentar su aporte al proyecto de defensa europea. Como lo han reflejado los informes, en el  año 2024, solo cuatro miembros europeos de la OTAN dedicaron más del 3% de su economía a la defensa: Polonia, Estonia, Letonia y Grecia. Es decir,  países con frontera o cercanos a Rusia. España es el país que menos invierte en defensa con solo 1,28% del PIB.

Por el momento los países con mayor capacidad para liderar el fortalecimiento militar son Alemania y Francia, pero otros, que se sienten más amenazados por tener fronteras con Rusia como Noruega y Finlandia, han tomado medidas a favor del rearme y en la defensa de Ucrania.

Uno de los mayores retos que los analistas consideran que debe superar Europa es la construcción de un “Ejército Europeo”, una fuerza militar unificada para comandar una tropa que podría llegar a 300 mil soldados. De esa manera podrían compensar la posible ausencia de tropas de EE.UU, que han estado desplegadas en el pasado en Europa y en todo el Oriente Medio.

El acuerdo EE.UU. y Ucrania

El reciente acuerdo entre EE.UU. y Ucrania sobre las llamadas tierras raras y la explotación de recursos minerales complica los intereses de Rusia sobre Ucrania y distancia un posible acuerdo para el cese al fuego.

El acuerdo con Ucrania permite a EE.UU. la extracción de minerales que posee Ucrania en gran parte de su territorio y son estratégicos para el desarrollo tecnológico y producción de equipos de nuevas tecnologías, lo cual es fundamental en su competencia económica y militar frente a China, que domina mundialmente la extracción y producción de estos nuevos minerales. Al mismo tiempo EE.UU. buscaría compensar la ayuda miliar que ha realizado desde el inicio de la guerra, que se estima en 350 mil millones de dólares y con ello obliga a la Unión Europea a ser más activa en la defensa de Occidente.

El acuerdo no establece lo relacionado con la defensa militar de Ucrania, pero contempla el compromiso de apoyar la reconstrucción del país mediante la creación de un fondo de inversión y reconstrucción conjunto. Sin embargo es un paso adelante para Ucrania después de la suspensión de la ayuda militar de EE.UU., la cual podría reactivarse en algún momento.

Pero Ucrania no se ha quedado de brazos cruzados ya que está estableciendo nuevos acuerdos con la Unión Europea y en especial con los países que tienen frontera con Rusia, que son los que están más alertas frente a lo que pueda ocurrir.

Al menos ocho países de la OTAN han establecido acuerdos bilaterales con Ucrania en ayuda militar. Finlandia con una extensa frontera con Rusia ha destinado a Kiev cerca de 2 mil millones de dólares. El presidente de Finlandia, Alexander Stubb, firmó a comienzos de abril un acuerdo de seguridad con Zelenski para mantener la cooperación con Ucrania durante los próximos diez años.

El conflicto por la OTAN

Uno de los puntos no negociables para Ucrania y el presidente Zelenski ha sido su aspiración a pertenecer a la OTAN para asegurar su integridad territorial. Para Putin también es un punto clave y fue el origen de la invasión.

Los especialistas han señalado que la guerra de Rusia contra Ucrania no comenzó el 24 de febrero de 2022. Comenzó a partir de la rebelión en Ucrania en 2014, conocida como Euromaidán, cuando el presidente de Ucrania, Víktor Yanukóvich, suspendió en noviembre de 2013 la firma de un acuerdo con la Unión Europea, profundizando sus vínculos con Rusia. Ello desató protestas masivas lideradas por los sectores proeuropeos que aceleraron su salida del poder. Tras su caída, aliados prorrusos en Donetsk, Lugansk, al este de Ucrania, en la región del Donbás, y de Crimea, más al sur, apoyados por Rusia, se rebelaron contra el nuevo gobierno prooccidental y se desencadenó la anexión de Crimea por Rusia y el conflicto armado en la región del Donbás.

En marzo de 2014, Rusia se anexó la península de Crimea, que forma parte de la Ucrania independizada en 1991, alegando que estaba defendiendo sus intereses y el de los ciudadanos de habla rusa leales al gobierno de Putin.

Estos antecedentes indican que Putin no se detendrá con un acuerdo que reconozca los territorios tomados por sus tropas y Crimea. Así lo demuestran sus acciones desde que se convirtió en el último líder eterno de Rusia. En su discurso del 21 de febrero de 2022, tres días antes de la invasión militar, citado en un trabajo especial de National Geographic, Putin afirmó que “la nación ucraniana es una creación reciente, impulsada por Occidente. Para él, Rusia nace en Kiev, y todo lo que ha ocurrido después forma parte de una continuidad histórica. Esta narrativa niega la legitimidad de Ucrania como nación independiente y presenta su existencia como una usurpación”.

El rearme de la Unión Europea, así como la estrategia de Trump de fortalecer la economía, la tecnología y resguardar la capacidad militar estadounidense; las ambiciones hegemónicas de China y el proyecto islamista de Irán, aliado a otros países musulmanes, conforman un escenario de incertidumbres que se incrementarán en los próximos años. En esos conflictos, Latinoamérica no es neutral y cada gobierno ha buscado su alineación según sus intereses. El distanciamiento de EE.UU. y del presidente Trump hacia la región ha sido un hecho y lo remarcó al referirse a su relación con el continente sur cuando expresó: “Nos necesitan mucho más de lo que nosotros los necesitamos. No los necesitamos, nos necesitan. Todos nos necesitan”. Una postura que ha abierto las puertas a los intereses de China y los proyectos hegemónicos de sus aliados en América Latina.

@folivares10  IG y X

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