
Desde suelo asiático, y usando su herramienta favorita de comunicación – sus mensajes a través de X-, el mandatario cordobés decidió enfrentar a su manera un gran conflicto interno: el fracaso de su propuesta de consulta popular que el Senado colombiano le negó y archivó mientras se encontraba en su periplo a China. A través de esta iniciativa el Jefe del Estado pretendía someter al país entero a una votación sobre 12 preguntas que tenían que ver con las reformas prometidas desde los días de su campaña, las que no han podido avanzar por falta, ellas también, de aprobación parlamentaria.
El caso es que a Petro no lo doblegan estos reveses. Esta vez mas bien le han servido de excusa para instar a una sublevación popular. Su primera reacción fue la de calificar de fraude la votación del Senado y llamó al pueblo a no ser silenciado. Inmediatamente pasó a hacer un parangón con el 19 de abril de 1970, cuando el M 19 como guerrilla urbana nació de la apelación de la insurgencia a un fraude electoral en el proceso comicial de ese año, entre Rojas Pinilla y Misael Pastrana. Y por último, ha decidido concitar a sus seguidores en centrales obreras, coordinación campesina, Juntas de Acción Comunal, Comités juveniles de los barrios y el movimiento indígena, a dar un nuevo paso de coordinación del movimiento popular y lanzarse a las calles en pos de un objetivo: “no dejarse arrebatar el triunfo”.
De acuerdo a su criterio una huelga nacional general permitiría a Colombia recuperar el rumbo perdido y recuperar los derechos de las clases mas desposeidas. En dos palabras, el presidente puso a rodar una iniciativa que lo ubica en una precampaña electoral encaminada a garantizar a su grupo político la permanencia en el poder un año antes de que tengan lugar los comicios presidenciales. El llamado a huelga sería una artimaña – de acuerdo a algunos analistas- para volver a radicar en el Congreso la propuesta de Consulta Popular que acaba de ser negada.
Pero eso no fue todo, el lunes que entra de nuevo arrancará una nueva batalla. El presidente decidió saltarse a la torera la posición ya asumida por el Senado y radicará una nueva consulta pero de carácter “mayor”. Esta vez la propuesta tendrá una nueva pregunta sobre el acceso a los medicamentos, un tema sin duda crucial para los colombianos. Son muchos los que consideran que esta vez de lo que se trata es de intervenir el sistema farmacéutico del país y controlar así la producción y la venta de medicinas. Ni mas ni menos!
El presidente se siente envalentonado por los resultados de las encuestas de opinión de la empresa Invamer Gallup que acaban de informar al país que la favorabilidad del presidente no solo está intacta sino que ha aumentado a 37% en la medición del pasado mes. Su popularidad había oscilado entre 29 y 34% en el año pasado. Tal como lo señala el prestigioso diario paisa El Colombiano “una popularidad del treinta y pico, en estos tiempos de liderazgos frágiles, no es para nada despreciable: Petro sigue siendo tan o más popular que Santos, Duque, Pastrana y Samper en los últimos meses de sus respectivos gobiernos”.
Así es como, en un arrojado gesto revolucionario, Petro decide irrespetar la institucionalidad, desconocer la decisión democrática de su Congreso e incitar al caos como lo hizo en el estallido social 2021 que dejó a Colombia secuelas económica y sociales imborrables.
Así estamos a esta hora. De vuelta tenemos en la Casa de Nariño a un guerrillero que airea su pasado subversivo y arenga a las masas a sublevarse en contra del orden constitucional. El presidente no se quiere medir ante los parlamentarios sino ante el pueblo. Allí tiene más chances de recomponerse.
Mientras tanto el país continúa dando bandazos. Y como si ello fuera poco, desde la tribuna presidencial el mandatario vulnera las relaciones externas de Colombia y debilita a su país en la escena global. Eso fue a hacer a China.
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