Paola Muziotti
Entre 2013 y 2021, Venezuela perdió más del 75% de su PIB, una de las recesiones más profundas de la historia moderna. Pero la peor consecuencia no es solo económica: el colapso del capital humano compromete el futuro del país.
Entre 2013 y 2021, Venezuela vivió una de las recesiones económicas más profundas de la historia moderna, con una pérdida superior al 75% de su Producto Interno Bruto (PIB). Este colapso no sólo devastó la economía del país, sino que también tuvo un impacto irreversible en su capital humano, reduciendo la fuerza laboral calificada y deteriorando los niveles educativos.
Éxodo masivo y caída de la participación laboral
Uno de los factores más determinantes en esta crisis fue la migración masiva. Entre 2015 y 2021, alrededor de 4,1 millones de personas en edad de trabajar abandonaron Venezuela, lo que redujo en un 18% la población económicamente activa. Este éxodo afectó especialmente a los jóvenes de 15 a 24 años (-30%) y a los trabajadores más productivos de 25 a 50 años (-27%), debilitando aún más el mercado laboral del país.
A esto se sumó el desplome de los salarios reales, que cayeron un 86,1% en términos reales, reduciendo drásticamente el incentivo para trabajar o invertir en educación. Como consecuencia, la tasa de participación laboral se contrajo en 11,6 puntos porcentuales, lo que equivale a la pérdida de un tercio de la población económicamente activa (33%). Este impacto fue particularmente grave en mujeres (-41%) y trabajadores con mayor experiencia (-37%).
Fuga de talento y deterioro educativo
La crisis también golpeó la disponibilidad de talento calificado. Entre 2015 y 2021, la cantidad de trabajadores con educación superior cayó un 27%, mientras que aquellos con educación secundaria disminuyeron un 29%, lo que equivale a 2,3 millones de trabajadores calificados menos en el país.
El impacto en la educación fue igualmente alarmante. Durante este período, Venezuela perdió 55,3 millones de años de escolaridad acumulados, lo que redujo el promedio de escolaridad de los trabajadores activos de 11,1 años en 2015 a 9,5 años en 2021 (-10%). Además, los años de experiencia laboral acumulada en la población económicamente activa cayeron en 97,8 millones de años (-34%), reflejando una grave pérdida de conocimiento y habilidades en el mercado laboral.
Un desafío estructural para la recuperación
Este estudio proviene de la investigación «Colapso económico y acervo de capital humano: impacto de la crisis económica de Venezuela sobre la cantidad y nivel educativo de la fuerza laboral», realizada por el profesor y economista Omar Zambrano y próxima a publicarse por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Los datos primarios se obtuvieron de la Encuesta de Hogares por Muestreo (EHM) del Instituto Nacional de Estadística de Venezuela (INE) y la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI), el estudio demuestra que el colapso del capital humano en Venezuela no solo ha afectado la capacidad productiva inmediata, sino que compromete seriamente la recuperación económica a largo plazo.
Para revertir esta crisis, la investigación señala que se requieren políticas urgentes enfocadas en:
- Mejorar los salarios reales para incentivar la participación laboral.
- Fomentar el retorno de la diáspora venezolana, recuperando parte del talento perdido.
- Diseñar programas de atracción de talento extranjero que fortalezcan la economía.
- Apoyar la inserción laboral femenina con medidas específicas.
Además añade que sin estas acciones, el deterioro del capital humano seguirá siendo una barrera estructural para el desarrollo del país, prolongando los efectos de la crisis económica y limitando las oportunidades de recuperación.
Además añade que sin estas acciones, el deterioro del capital humano seguirá siendo una barrera estructural para el desarrollo del país, prolongando los efectos de la crisis económica y limitando las oportunidades de recuperación.
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