domingo, 9 de febrero de 2025

Armando Info: Algo huele mal en el “boom” del alga



El llamado ‘ecosocialismo’ sopesó el potencial exportador del alga roja y levantó la veda sobre su cultivo y comercio, a los que ahora alienta. Se trata de dos especies asiáticas, introducidas a mano y asilvestradas en aguas del oriente del país, que dieron pie a un negocio que ya florecía en el vacío legal. En la isla de Margarita la actividad se concentra en un puñado de empresas -alguna conectada con la jerarquía chavista-, casi sin supervisión y ningún estudio de su impacto ecológico. Y los productores artesanales siguen en la miseria. 

Por Isayén Herrera | Lisseth Boon | Armando.Info

Hace cinco años, la familia Silva abandonó la pesca para dedicarse al cultivo de algas marinas en Boca del Río, en la Península de Macanao, porción occidental de la isla de Margarita.

Recientemente, en la casa familiar, de techo de zinc y bloques sin frisar frente al mar, una reportera de Armando.info vio cómo una docena de hombres y mujeres, junto con ancianos y niños por igual, pasaban toda una noche limpiando y empacando 36 sacos de algas rojas resecas, recopiladas en la cosecha. La faena fue agotadora, con una extenuación que el hambre acumulada de varios días acentuaba.

El amanecer agarró a todos sin desayuno, con los pequeños jugando en voz baja mientras los adultos guardaban tanto silencio como expectativas, pues ese día, que en realidad se repite cada seis semanas -lo que dura el ciclo reproductivo del alga-, les tocaba salir a vender los talos cosechados. O lo que es lo mismo: la oportunidad para cobrar algo y capear la necesidad.
Pero un apagón dejó a la isla sin electricidad.

La explosión del gasoducto Complejo Operativo Muscar de la estatal petrolera Pdvsa, en el estado Monagas sobre tierra firme, paralizó la actividad comercial en buena parte del oriente venezolano. Así ocurrió en Margarita. Por lo que los sacos, que los Silva habían llenado con tanto esmero, quedaron varados en el suelo. Junto a sus esperanzas.

La de los Silva es una de las 346 familias dedicadas en Margarita al cultivo del alga roja, nombre que en realidad abarca a un par de especies exóticas: Kappaphycus Alvarezii y Eucheumatopsis isiformis. El dato aparece en un informe interno del Instituto Socialista de Pesca y Acuicultura (Insopesca) al que tuvo acceso Armando.info. El documento de la entidad, adscrita al Ministerio de Pesca y Acuicultura (MinPesca), agrega que estas comunidades de base triplicaron la producción artesanal en apenas un año, al pasar de 387 toneladas en 2023 a 919 toneladas en 2024.

Lo mismo ocurrió con las exportaciones. De 2019 a 2023, las ventas internacionales pasaron de 263 toneladas, valoradas en 413.000 dólares, a 1.351 toneladas por 2,1 millones de dólares, según registros de la base de datos Comtrade de Naciones Unidas.

Pero ese boom no se traduce en alguna ganancia significativa para los pescadores artesanales, los principales cosechadores del alga roja. Familias como los Silva reciben en promedio 10 dólares por persona, cada mes, por una faena que hacen a pulmón y mano limpia.

En cambio, cuatro empresas son las que principalmente cosechan las ganancias del creciente negocio. Se trata de Tide C.A., Agromarina Biorma Aquaculture, C.A., Revolution Seaweeds C.A. y Sea-Mar H&B, siempre según el informe de Insopesca. Solo las dos primeras cuentan con permisos de exportación y,  también según Insopesca, entre 2019 y 2023 lograron exportaciones de alga roja que alcanzaron un valor de 6,47 millones de dólares. Pero otras dos que no están registradas como tales en el reporte oficial, Sea-Mar H&B y Kor-Ven C.A., aparecen también como exportadoras en bases de datos de comercio internacional como Panjiva e Importgenius.

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