Nuestra sociedad muere en su soledad colmada de silencio, vacío, miedo. Neuro J. Villalobos Rincón.
Según Konzes y Posner, la experiencia vivida por millones de aventureros permiten aprender por lo menos siete lecciones para emprender el viaje hacia el futuro: 1.- Los líderes no esperan. 2.- El carácter es importante. 3.-Los líderes deben tener la cabeza en las nubes y los pies en la tierra. 4.- Los valores compartidos tienen mucha importancia. 5.- El líder no lo puede hacer todo solo. 6.- El legado que usted deja es la vida que usted lleva. Y, 7.- El liderazgo es un asunto de todos.
Una de las debilidades, y quizás la mayor, de nuestra sociedad democrática, es la carencia de un liderazgo con visión futurista que sepa aprovechar la debilidad más clara del régimen, como lo es su mal desempeño en términos de definición y ejecución de políticas públicas en temas como la seguridad personal, empleo, seguridad social, la desbordada corrupción así como el mal ejemplo de latrocinio público al quererse robar los resultados de las elecciones realizadas el 28 de julio próximo pasado, organizadas por ellos mismos y ganadas abrumadoramente por el Dr. Edmundo González Urrutia.
Según el consultor político John Magdaleno, “la diversidad política de la oposición le permite manejar la política con una dinámica lúdica, un juego de toma y dame, una suma alternativa que favorezca el consenso.” Otra fortaleza es que “ hay un enorme sector de la población esperando una oferta distinta a las que se han ofrecido hasta ahora.”
De acuerdo con el analista, debemos tomar en consideración las referencias positivas de la gente que asocia capitalismo con riqueza y progreso, y socialismo con solidaridad y responsabilidad social. En todo caso, hace falta que el liderazgo se conecte con la forma de pensar de la mayoría. La que sin embargo, no debate sobre esos temas, sino cómo hace para sobrevivir cotidianamente. Cómo se le va a mitigar su hambre; calmar su dolor; conseguir empleo; educar a sus hijos y tener una vivienda digna. En ese sentido, la política social, aún cuando de característica remedial, seguirá siendo una prioridad hasta que una política económica coherente rinda sus frutos.
Debemos sacudirnos el quietismo irónico. Ese que según Harold Bloom “cuando mejor estamos es cuando no hacemos nada con respecto a las realidades mundanas. Rechazamos el orden de la sociedad de manera tan absoluta que, en la práctica, es como si lo aceptamos todo.” Es una cuestión de sensatez y de inteligencia. Es una misión para líderes con visión futurista, no líderes diádicos.
Quisiera que Nietzsche no tuviera razón, pero creo que nunca tuvo mejor expresión para identificar los tiempos que vivimos. Ël afirmaba : “Santificar una mentira y engañar con buena conciencia es la labor necesaria del arte, porque una concepción errónea de la vida es necesaria para la vida, mientras que la idea acertada de la vida simplemente acelera la muerte.”
No quiero ser trágico, pero me angustia el sombrío silencio y quietismo en que se encuentra la universidad venezolana. Sobre todo en momentos en que peligra aterradoramente su propia esencia y que no tiene quien la defienda. También los universitarios tenemos que interpelarnos, porque en estos momentos aciagos que vivimos en el país la universidad ha permanecido impasible. La sociedad venezolana ha tenido que luchar por la libertad y la democracia, muchas veces, sin el concurso de la inteligencia universitaria. Ha pesado mucho su silencio y su quietismo.
Confío en que la universidad venezolana no ha perdido el miedo a ser libre, porqué como dice Savater, ser libre implica equivocarse y aún hacerse daño a sí mismo al usar la libertad. Si por ser libres jamás puede pasarnos nada malo o desagradable. . . es que no lo somos.
nevillarin@gmail.com
Confío en que la universidad venezolana no ha perdido el miedo a ser libre, porqué como dice Savater, ser libre implica equivocarse y aún hacerse daño a sí mismo al usar la libertad. Si por ser libres jamás puede pasarnos nada malo o desagradable. . . es que no lo somos.
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