Comparto la difundida afirmación de los más calificados juristas venezolanos. La pretendida constituyente anunciada por Nicolás Maduro es un fraude integral tanto en la forma como en el fondo. La inmensa mayoría de los constitucionalistas venezolanos, los colegios de abogados del país, las autoridades universitarias con especial referencia a las facultades de derecho y casi todos los gremios profesionales han declarado en la misma dirección. Es la nación rechazando otra maniobra de dominación de quienes tienen el control circunstancial del Estado. Esta vez mucho más grave que las permanentes arremetidas en contra de los derechos elementales de los ciudadanos.
No voy a repetir innecesariamente los razonamientos bastante promocionados para desnudar el fraude gubernamental. Destacaré solo el hecho de que además de tratarse de una maniobra continuista, en el fondo destruyen el legado político del difunto Hugo Chávez y anuncian la liquidación de “la mejor Constitución del mundo”, como él calificaba a la de 1999. Lo cierto es que nada de lo anunciado por Maduro se enmarca dentro de los propósitos que el constituyente señaló a los temas específicos que pueden ser sometidos a una constituyente. La incertidumbre con relación a sus personas y familias, a las riquezas bien o mal habidas y a las reacciones legítimas o exageradas de quienes asuman el poder a corto plazo, los obliga a pensar en lo que deben hacer para salir de la situación actual.
Un apreciable número de compatriotas trabaja desde hace varios años en la idea constituyente originaria, pero con ideas claras y criterios certeros de lo que debe hacerse para la reconstrucción institucional de la República y el relanzamiento de un sistema verdaderamente federal y descentralizado, integrado por estados y municipios verdaderamente autónomos que liquide el centralismo presidencialista de antes y de ahora hoy convertido en putrefacto régimen de ineficiencia y corrupción. Los amigos de la Alianza Nacional Constituyente con quienes me identifico, no pueden caer en la trampa de un peligroso debate para ver cuál “constituyente” es mejor, si la de Maduro o la necesaria para adelantar los importantes proyectos elaborados con dedicación y esfuerzo.
En este momento la lucha es en la calle contra la represión y el crimen, por la libertad de los presos, perseguidos, torturados y exiliados políticos. Es decir para provocar el cambio de régimen que debe iniciarse con la salida de Maduro en nombre de la libertad y los principios generales de la democracia.
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