No vengo a aquí como agua fiesta y equilibrista trayendo mas leña al fuego donde Maduro tiene cociendo al arriesgado y temerario Leopoldo López; pero al decir verdad, quien hoy anda barbado tras los barrotes de Ramo Verde, sólo cometió el delito de adelantarse a una realidad, donde más temprano que tarde, quienes terminaran, no llamando sino haciendo ellos mismo las Guarimbas, serian los millones de venezolanos a quienes el gobierno por sus políticas erráticas, obliga a pasar días enteros haciendo cola para poder conseguir el sustento de su familia.
Por razones obvias, a esas barricadas donde en mis tiempos otoñales también las monté cuando intentáramos tomar el cielo por asalto, ahora no les paso ni de cerquita; pero eso jamás me llevaría a convalidar, la conducta delirante y represiva de un Presidente, quien a trocha y mocha, se empeña en llevar al país, al desfiladero de la violencia sin retorno, donde hoy las víctimas en esta primera línea de fuego son los estudiantes, pero al primer descuido, pudiera involucrar a nuestras fuerzas armadas, con la no deseada guerra civil.
En el sector opositor como en el chavista pululan grupos extremistas. Eso lo sabe el alto gobierno, y por supuesto Aveledo y la MUD; sin embargo, esa realidad no ha sido obstáculo para que desde ese ente coordinador opositor, haya surgido una propuesta de salida a la peor crisis confrontada por Nicolás, en todo estos azarosos meses de gobierno. Tampoco las presiones aliñadas con el cuento del imperio y sus hordas fascistas, por parte de grupos radicales oficialistas, ha sido obstáculo para que se hayan instalado las conferencias de paz, por ahora convertidas en simples dialogantes unilaterales.
Libertad para el dirigente opositor Leopoldo López y demás presos políticos; Justicia para todas las victimas de la represión; Alto al hambre, al racionamiento y las colas; Fin a la inseguridad y a la delincuencia; Presencia de un mediador y diálogo público ante el país. He aquí el petitorio sugerido por la oposición y rechazado rotundamente, bajo el argumento de no aceptar condición alguna para iniciar el diálogo, impuesto a través de sus conferencias pacifistas, donde hasta ahora sólo ha respondido la vilipendiada y odiada burguesía criolla.
Ya va más de un mes de protestas y las secuelas no cesan. Una treintena de asesinatos, millares de familias asediadas por la violencia gubernamental y guarimbera. Ruptura de las relaciones con Panamá, con la afectación del 30% de las importaciones, que pasan por el puerto libre de Colón; y más de mil ciudadanos detenidos y sometidos a juicios civiles y militares, son señales más que evidentes, de lo cerca que nos encontramos del punto sin retorno, del cual una vez llegado allí, será muy difícil para ambos bandos salir ileso.
En estos tiempos de comisiones de la verdad, con resultados predecibles como los solicitados al TSJ, en torno a su pronunciamiento sobre las acusaciones de asesinatos, provocados por la diputada María Corina Machado, y tiempos donde desde Miami se insiste en tener toda la sapiencia y el don divino de alentar la vía violenta para salir de Maduro, bien pudieran los factores moderados, ubicados en ambos lados de las barricadas, evitar la salida sin salida, en el entendido que nadie debe pretender un cambio de gobierno, sino que el gobierno cambie.
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Douglas Zabala |
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