Solo en momentos difíciles se demuestra la verdadera fortaleza de los pueblos. Venezuela lo hizo en 1810 cuando dio el primer paso hacia la independencia, y en 1958 cuando, con unidad y determinación, recuperó la democracia. Hoy, en 2025, nos enfrentamos nuevamente a un desafío histórico que exige coraje, esfuerzo y la convicción de que la libertad solo se conquista con la voluntad de todos.
Nuestra historia no solo está marcada por luchas políticas, sino también por hazañas que han dejado una huella imborrable en el mundo. Hace 50 años, en medio de otra crisis, un venezolano visionario, José Antonio Abreu, creó el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela. Aquel proyecto, nacido con la misión de transformar vidas a través de la música, demostró que la excelencia y la esperanza pueden florecer incluso en los momentos más oscuros.
Así como la música ha sido una vía para elevar a nuestra nación ante el mundo, hoy nos toca demostrar que la fuerza de un pueblo unido puede superar cualquier adversidad. La historia nos ha enseñado que cuando los venezolanos nos proponemos un cambio, lo logramos. Y esta vez no será la excepción.
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