Sin embargo, desde finales del año 2018, la economía ha tenido un repunte en las importaciones con los llamados “bodegones”, que cada día proliferan en el país, por lo que el diario El País de España vislumbra como un “espejismo de normalidad” en Caracas.
Por su parte, José Luis Hernández, quien trabaja en la administración pública, y genera una ganancia al mes de 680.000 bolívares, dice que “no ve ninguna normalización”.
“Lo que veo es el estancamiento de una mala situación. Vivo con la sensación de estar en la indigencia (…) Hay productos en los anaqueles, pero es imposible comprarlos para un trabajador de sueldo mínimo o de cuatro sueldos mínimos, que es lo que más paga la administración pública y el Clap no llega regularmente, ni completo”, afirmó para el diario.
Asegura que “la gente en realidad no trabaja, hace lo mínimo para aparentar cierta actividad“.
Para María Alejandra Pacheco, la realidad es otra, manifiesta que en diciembre pudo hacer un viaje a la playa con su familia y reseña sentirse mejor.
“Hay un mejor ánimo, quizás mucha gente ya dejó de ponerle energía al tema político para empezar a vivir, indicó.
Por otro lado, Yajaira Orozco, quien se dedica a la limpieza de oficinas, añadió que le pagan un sueldo fijado en bolívares, “pero con la subida constante de esta moneda, el dinero siempre se me queda corto, porque los precios nunca bajan. Ahora veo productos en los supermercados, pero no puedo comprarlos”.
Junto a los bodegones, también se unen los llamados “mercado de los corotos” que consiste en la venta de cosas usadas.
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“Lo que veo es el estancamiento de una mala situación. Vivo con la sensación de estar en la indigencia (…) Hay productos en los anaqueles, pero es imposible comprarlos para un trabajador de sueldo mínimo o de cuatro sueldos mínimos, que es lo que más paga la administración pública y el Clap no llega regularmente, ni completo”,
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