Eso implica evitar cualquier posición dogmática o invariable. No se puede partir que una decisión es definitiva, porque las circunstancias que nos motivaron a fijar esa posición pueden cambiar de un momento a otro. La crisis venezolana es muy dinámica.
¿Por qué menciono todo esto?
Porque la complicada situación interna que vive el gobierno a raíz de las diferencias entre las distintas facciones, nos puede obligar a reconsiderar decisiones ya tomadas, modificar la estrategia e incluso cambiar el curso de acción del colectivo opositor. Se trata de aprovechar las diferencias cada vez más profundas que se evidencian en el oficialismo.
En este momento no se debe descartar nada, porque la fuerza de los hechos nos puede conducir a cambiar radicalmente el camino que hemos tomado. Nunca debemos abandonar por completo el camino electoral, porque como demócratas sabemos del valor de las elecciones para impulsar los cambios. Y si las condiciones mejoran sustancialmente, se debe revisar con conciencia y amplitud la posibilidad de participar.
La necesidad de actuar con inteligencia no sólo es una recomendación para quienes estamos enrolados en la oposición política, sino para cualquier ciudadano interesado en la crisis nacional. Sobre todo eso aplica para quienes usan el activismo en las redes sociales, algunos de los cuales gustan de disparar sin analizar previamente el hecho o a los involucrados.
Las redes sociales son un bastión importante para el activismo político y social. Por eso no debe distorsionarse su uso para descreditar o contribuir a la destrucción de la Unidad. El intercambio de ideas implica el necesario respeto por la pluralidad y diversidad.
Pero sobre todo debemos evitar caer en el error de construir nuestra propia posverdad, porque ese camino conduce a asumir posiciones que están alejadas de la realidad o de pronto estamos aportando en la destrucción nacional. Es la hora de actuar con inteligencia y mente abierta.
@PabloPerezOf
http://verdadesyrumores.com/
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