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sábado, 10 de marzo de 2018

El bolívar dejará de ser el medio de pago de referencia de no solucionarse crisis de efectivo, María Ramírez Cabello

La crisis de efectivo es cada vez más profunda. Pagar el autobús, recargar el botellón de agua o, incluso, comprar un periódico se han vuelto tareas complicadas por la falta de papel moneda que, de acuerdo con la firma Ecoanalítica, se agudizó en 2017.

En Ciudad Guayana, la tenencia de papel moneda significa la posibilidad de adquirir alimentos a menos de la mitad del precio que tiene el producto en las cadenas formales de distribución. Amas de casa tratan de reunir efectivo, tras horas de cola en bancos a diario, para luego ir a San Félix o a determinados puntos de Puerto Ordaz a hacer mercado.

La firma apunta que desde el 2010 el stock total de billetes en circulación se ha multiplicado por 7, al entrar en circulación más de 14 mil millones de piezas, sin contar aquellas que han tenido que ser retiradas de circulación por degaste u obsolescencia.

“Contradictoriamente, durante la mayor parte de ese tiempo el país ha sufrido una contracción real de la actividad. Esto quiere decir que el Gobierno necesita más billetes para transar la misma cantidad de valor real”, indica el último análisis de Ecoanalítica, firmado por el economista Armando Gagliardi.

Pese a los altos niveles de inflación, el Gobierno demoró hasta finales de 2016 el anuncio de un nuevo cono monetario de seis billetes, cuyo efecto se perdió por la hiperinflación que la firma estimó en 2.874,3% al cierre de 2017.

Ecoanalítica estima entre 30 millones y 73 millones de dólares el gasto en importación de billetes, considerando que el primer lote de por lo menos 614 millones de billetes fue fabricado en Suecia por la compañía estadounidense Currency Crane, el principal proveedor de la Reserva Federal de Estados Unidos y de varios países alrededor del mundo.

Posteriormente, la producción pasó a la Casa de la Moneda, por lo cual estiman que la fabricación local significó un gasto de $58 millones. “Esta cifra no representaría un valor tan grande si se tratara de un gasto puntual. Pero es probable que en 2018 se deba pagar una cifra similar, o incluso mayor, por el mismo concepto”, apuntan.

El informe destaca que esta gran cantidad de nuevos billetes puestos en circulación no ha sido capaz de satisfacer la creciente demanda. Indican que el grueso de las emisiones de nuevos billetes ha sido de las denominaciones de Bs. 500 y Bs. 1.000, los más bajos del cono. Sin embargo, el auge de la hiperinflación los ha hecho entrar en obsolescencia.

En dado caso que el Gobierno imprima en las cantidades necesarias los billetes de más alta denominación, la firma considera que estos pudieran entrar en obsolescencia en cuestión de meses. “Tomando en cuenta el periodo de tiempo necesario entre la concepción, fabricación y distribución de nuevos billetes, fácilmente podrían rezagarse respecto a la dinámica de la economía real”.

Dos escenarios extremos

Ecoanalítica señala que es difícil estimar el costo que podría generar la impresión de billetes este año, pues explican que esto dependerá de la inflación final y de la celeridad en la creación de billetes de más alta denominación, pero proyectan dos escenarios extremos.
Ambos escenarios consideran dos puntos en común: un nivel de inflación a lo largo del año similar al de enero, cuando Ecoanalítica estimó la variación de los precios en 90,6%; y que solo se impriman billetes de la más alta denominación.

Ecoanalítica explica que, en un primer escenario, el Gobierno se pliega a la métrica D, un mecanismo para determinar el valor ideal de los billetes, actualizándola según el aumento de los precios.

Amas de casa tratan de reunir efectivo, tras horas de cola en bancos a diario, para luego ir a San Félix o a determinados puntos de Puerto Ordaz a hacer mercado.

En este caso, “se tendrían que sacar nuevas denominaciones casi mensualmente, si sigue el patrón convencional de billetes basados en múltiplos de 2, 5 y 10. De este modo, el billete de más alta denominación tendría un valor equivalente a Bs. 50 millones actuales a cierre de año”.

La firma destaca que tendrían que imprimirse 275 millones de nuevos billetes, por un valor total aproximado de $ 13,7 millones, asumiendo el precio estándar de $ 0,05 cada billete. “Aun si tuvieran suficientes divisas para importar los nuevos billetes, una propuesta de este estilo sería logísticamente difícil de cumplir”.

En el segundo escenario, se basa en que el régimen mantenga a lo largo del año el billete de Bs. 100.000 como el de mayor denominación. “En este caso, para el cuarto trimestre de 2018 tendrían que imprimirse un total de 17.859 millones de nuevos billetes, con un costo estimado de $ 893 millones”.

Leer mas: http://www.correodelcaroni.com/index.php/economia/item/62825-ecoanalitica-el-bolivar-dejara-de-ser-el-medio-de-pago-de-referencia-de-no-solucionarse-crisis-de-efectivo

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