Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

domingo, 18 de febrero de 2018

Venezolanos “acorralados” entre emigrar caminando o morir bajo la crisis

En la crisis que enfrenta Venezuela muchas han sido las personas, en su mayoría jóvenes, que han buscado emigrar para obtener calidad de vida, crecer profesionalmente o ayudar a familiares que se quedan en el país.

La diáspora venezolana sigue aumentando a medida que pasan las semanas. Cientos de venezolanos cruzan las fronteras de forma terrestre o aérea y ahora simplemente la desesperación ha llevado a que se vean obligados a irse aunque sea caminando en busca de un mejor futuro.

El Nuevo Herald: Madre venezolana emprende viaje para salvar a su hija

Dejar su propia tierra, sus comidas, su gente, sus fiestas tradicionales, sus escuelas, sus amigos, sus familias no es nada fácil, los venezolanos se encuentran en un callejón sin salida entre caminar o morir. Enfrentarse a un nuevo monstruo llamado miedo o quedar paralizados observando cómo la vida les pasa en medio del hambre. Eso es lo que mueve a un venezolano a caminar más de 700 kilómetros en un país que le es completamente desconocido.

Entre Bochalema y La Laguna, 30 venezolanos, repartidos en tres bloques, caminaban como zombis detrás de un futuro incierto. Juan González es valenciano, tiene 50 años y lleva más de dos días caminando desde La Parada (Villa del Rosario). Su meta es llegar a Bucaramanga; otros que le acompañan tienen como destino Bogotá, Medellín y Pasto. A esta última ciudad llegan de paso, antes de cruzar rumbo a Perú. Junto a él recorren la carretera 15 compatriotas más, trece hombres y dos mujeres.

La lluvia no cesaba; los pasos para espantar el frío y seguir el camino, tampoco. “Llevamos la vida en nuestros hombros. Tenemos harina, atún, panelón (panela) y una cobija. Cocinamos donde nos dejen hacerlo. Salimos por la búsqueda de bienestar. Yo soy un hombre mayor y te imaginarás que no llevo rumbo, solo en donde encuentre un trabajo, ahí me quedaré hasta que no haya más nada por hacer”, contó González.

“la vida que estamos llevando no la vive ni un perro. El trabajo y la deshonra de salir de su tierra por no morir de hambre, es duro. Más duro que el frío nocturno que intenta carcomer mis huesos, porque los pensamientos de derrota a veces quieren adueñarse de mi alma. Y es más duro, porque cuando intentas retroceder no puedes, pues si no cargas dinero para seguir hacia adelante, ahora mucho menos para regresar”, dijo González, el más viejo de este primer grupo.

Jackly Peña / Venezuela Al Día - Leer artículo completo en Laura Serrano / La Opinión

1 comentario: