Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

martes, 21 de febrero de 2017

Yanqui go home, Ernesto García Mac-Gregor /Médico

Cuando Latinoamérica analiza su fracaso y lo compara con el éxito avasallador de EEUU, no le queda más que descargar su complejo de inferioridad exclamando ¡Yanqui go home! Pero la dolorosa verdad es que la colonización de Norteamérica se llevó a cabo un siglo después que la nuestra, y antes de que existiera Estados Unidos como nación ya América Latina era una potencia con universidades, metrópolis e imprenta. Entonces ¿qué pasó?

Latinoamérica recibió el impacto del medioevo español regido por el catolicismo feudal que provocó una sociedad estática, paternalista, protegida, regida por el dogmatismo, donde el rico no entraba al cielo. La colonización del Norte fue forjada por una sociedad británica entrada en la revolución industrial incipiente. Los protestantes desarrollaron una idea individualista del hombre con su familia y su núcleo inmediato e inculcaron que el trabajo y el ahorro eran un mérito ante Dios. La riqueza económica era y sigue siendo buena para el protestante, y era y sigue siendo pecaminosa para el católico. De esos diferentes conceptos se deriva el contraste entre industrialización y subdesarrollo.

Los colonizadores anglosajones vinieron con su familia, su médico, su pastor a establecer colonias; nuestros conquistadores solteros, cual padrotes de cría vinieron a conquistar y a preñar indias. Los del Norte, habiendo apartado o exterminado al indígena, no se mezclaron con él. En cambio, para 1810, la mitad de la población de Venezuela estaba constituida por mestizos y mulatos abandonados en la miseria.

Si desde el punto de vista étnico y poblacional, esto era quizás deseable, desde el punto de vista de la estructura familiar y del bienestar social fue el inicio de nuestras calamidades, inaugurando así la tradición del machismo, de la paternidad irresponsable y del matriarcado que representan las causas de nuestra marginalidad social contemporánea.

Esta clase desvalida, se mantuvo silente durante siglos hasta que la aparición del petróleo provocó su éxodo masivo a la ciudad. Fue allí cuando la parte oculta del iceberg se hizo presente. De tal bohío tal rancho, de tal padrote tal irresponsable, de tal vástago tal marginado, de tal conquista tal Venezuela. Que oiga quien tiene oídos…

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