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domingo, 25 de septiembre de 2016

Transformación China: se sumerge en una nueva era de reformas - Claudio Jacquelin

Los rascacielos predominan en la pujante Shanghai. Foto: AFP

El régimen apunta a tener una incidencia mayor en el mundo. China hace sonar el gong. Y del sonido, como en el mandarín, depende el significado. Es, a la vez, despertador y desafío. Es oportunidad y advertencia para todos. Una nueva era de transformación ha comenzado.

"El mundo va hacia una mayor polarización y globalización. Por eso, China entró en una nueva normalidad" y se apresta a cambios profundos, dispara a modo de descripción y primera advertencia Guo Chunli, subdirectora de la Oficina de Estudios de Macroeconomía del gobierno chino, que participó de la elaboración del 13er Plan Quinquenal, lanzado este año. No dice, pero anticipa, el impacto que esa caracterización tendrá para el resto del mundo y, sobre todo, para América latina, así como no hace falta explicar que China apunta a ocupar la cima de uno de esos polos en los que divide el planeta.

La nueva normalidad implica, para los próximos cinco años, una fuerte transformación en la matriz productiva puertas adentro y un proyecto fronteras afuera que apunta a una incidencia mucho mayor de China en el mundo.

Ello, con una competencia aún más decidida y abierta con Estados Unidos por la supremacía mundial. Acá el país de Barack Obama es motivo de cita recurrente y no siempre de manera amable. "América latina debe ser más independiente en sus relaciones internacionales", dice sin eufemismos el director del Instituto de Estudios Internacionales, Son Junying. Y no hace falta preguntarle de quién debe ser más independiente, según su criterio.

Los funcionarios chinos dejan en claro hacia dónde va su país desde las primeras exposiciones hechas ante los 15 miembros de la delegación de la Argentina, Costa Rica, Chile y México, compuesta por dirigentes políticos, periodistas y responsables de think tanks y ONG de los cuatro países, invitados a un viaje de intercambio por la Asociación China para el Entendimiento Internacional (Cafiu, por sus siglas en inglés). El objetivo de la invitación es contar y mostrar la actualidad y los proyectos de China, estrechar los vínculos, mejorar la percepción sobre su país y saber mejor lo que se piensa de ellos. Y pasar avisos. Que se sepa. Una potencia en pleno ejercicio de su rol.

En los salones de un hotel que el Partido Comunista chino (PCCh) tiene en Pekín destinado, principalmente, a recibir invitados extranjeros, Guo Chunli despliega detalladamente a lo largo de casi tres horas el ambicioso plan quinquenal en marcha. Desde afuera, un tránsito demoníaco y el ruido incesante de las construcciones se cuela por las ventanas del hotel, como para que nadie se olvide que por acá todo va a ritmo frénetico, al mismo tiempo que las ceremoniosas formas y el riguroso protocolo marcan cada encuentro con funcionarios, empresarios y académicos chinos. Como si el tiempo se desdoblara en velocidades y realidades paralelas.

Con esa perspectiva dual afrontan la prospectiva de la economía internacional y nacional. Para los próximos cinco años proyectan un crecimiento promedio anual del PBI de no menos del 6,5%, por encima del promedio estimado para la economía mundial. Quieren y necesitan ir más rápido que el resto para poder sostener su proyecto económico, social y político. Se proponen hacer aún más competitivas sus empresas y desafiar la ralentización del ciclo económico internacional que los ha afectado. Tanto los afectó que alcanzar ese 6,5% de crecimiento sea hoy un desafío, después de haber crecido a un promedio del 10% anual en los últimos 30 años.

Por eso, el plan quinquenal, que tiene por puntales en lo económico aumentar sostenidamente el consumo doméstico y pasar a producir bienes de alta tecnología y gran productividad, para dejar de ser una fábrica de manufacturas baratas, tiene su complementación en el proyecto internacional denominado "Un cinturón, una ruta" (OBOR, por sus siglas en inglés). El objetivo es avanzar en el intercambio comercial, industrial, financiero y de servicios sobre 60 países de Asia, Europa, Oceanía y parte de África, lo que, además, no excluye y tendrá un fuerte impacto sobre América latina, como lo explicita Son Junying. Exportar más, más y más, y adquirir empresas alrededor del mundo es la meta. Y poner condiciones.

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