Las colas eternas son imágenes ya habituales en la Venezuela de escasez y crisis económica. Pero las hileras con cientos de personas que aparecieron el miércoles en las principales ciudades del país generaban una ansiedad distinta a la falta de harina, pollo o papel higiénico: terminar con el mandato del Presidente Nicolás Maduro por primera vez era una posibilidad real. Solo había que hacer una fila y firmar. Pero con un gobierno que en 17 años en el poder se ha caracterizado por buscar resquicios para ganar tiempo, no todo es tan simple.
La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) tenía 30 días para reunir las 195.721 firmas correspondientes al 1% del padrón electoral, el primer paso para convocar a un referéndum que permita revocar el mandato de Maduro. En 24 horas, la MUD juntó 600 mil firmas. Un triunfo, pero también un espejismo.
El organismo encargado de validar este proceso es el Consejo Nacional Electoral (CNE), uno de los cinco poderes del Estado que al igual que el Judicial y el Popular están plegados al Ejecutivo chavista. Solo el Legislativo, la Asamblea Nacional (AN), es controlado por la oposición desde diciembre pasado.
La táctica ya es conocida. Si el CNE valida estas firmas, después debe autorizar a la oposición a recolectar cuatro millones de rúbricas exigidas para convocar el referéndum. Para que Maduro sea removido, la MUD debe sacar al menos un voto más que los 7.587.532 con que fue elegido en abril de 2013.
Si el referéndum es realizado después de cuatro años de iniciado el mandato -Maduro juró formalmente el 19 de abril de 2013, pero estaba en funciones desde el 10 de enero, cuando Hugo Chávez no pudo asumir debido al cáncer- y el Presidente pierde, la Constitución dice que el Vicepresidente toma el mando y concluye el período, sin convocar a nuevas elecciones.
Producto de la crisis energética, el gobierno decretó que solo lunes y martes serán laborales, incluido el CNE, con lo que podría dilatar aún más el proceso de las firmas.
En 2003, Hugo Chávez usó sus propias técnicas dilatorias para revertir la tendencia que le anticipaba una derrota en el revocatorio. El Mandatario ganó tiempo y aprovechó el comienzo del auge del precio del petróleo para levantar sus programas sociales conocidos como las "misiones", e imponerse con el 59,1% en agosto de 2004, una estrategia analizada por Javier Corrales y Michael Penfold en el libro "Un dragón en el trópico".
Pero el chavismo de entonces no es el de ahora. Con el barril de crudo a menos de US$ 50 desde hace dos años, una crisis energética que obliga a racionar la electricidad, una inflación proyectada para 2016 en 720% por el FMI, además de la crisis de escasez e inseguridad, el gobierno de Maduro sabe que no tiene espacio para maniobrar.
"Por un lado, el gobierno se siente acorralado. Hay mucha tensión en el país, producto del colapso energético, sumada a las miles de otras crisis que existen. Encima, la oposición estaba amenazando con marchas esta semana. El gobierno tiene pánico y no quería tener también una crisis con la oposición, por eso entregó las planillas para recolectar firmas", dice Javier Corrales, analista del Amherst College de Massachusetts.
El coautor de "Un dragón en el trópico" agrega que el inicio de la recolección no es una "gran victoria. Esto es una trampa para ganar tiempo". "El gobierno tiene a su favor el Poder Judicial y el CNE. Como mínimo, puede evitar el referéndum hasta enero del 2017. Ahora bien, que el país lo aguante, y que surjan otras presiones en favor de la salida del Presidente por otros mecanismos, ya eso es otro tema".
La burocracia de las firmas es una traba, pero no la única.
Leer mas: http://diario.elmercurio.com/2016/04/30/internacional/internacional/noticias/BCB01E03-44BB-466D-B021-00358670606A.htm
El secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, Jesús “Chúo” Torrealba, se pronunció la noche de este pasado viernes tras ser blanco de ataques en la sede de Corpoelec, en Caracas, por presuntos grupos oficialistas. “Yo estoy muy bien (…) Los que agredieron una manifestación pacífica de gente humilde que estaba protestando contra los apagones, no pudieron ni despeinarnos. Aquí lo que hay es un pueblo que más allá de las agresiones, más allá de los golpes, lo importante es que no nos llenen de odio y seguir trabajando como un pueblo unido para construir la solución pacífica, electoral, democrática, constitucional, a la crisis que vive nuestro país (…) No somos las víctimas que éramos antes, somos la nueva mayoría nacional y por eso nos ejercemos con la sobriedad pero también con la firmeza con la que nos estamos ejerciendo, porque la nueva mayoría nacional se va a hacer respetar, se está haciendo respetar”, manifestó Torrealba durante una entrevista que concedió al canal CNN en español.
ResponderBorrarLe envió un mensaje al Gobierno Nacional: “Tenga muchísimo cuidado porque en este momento Venezuela es un polvorín desde el punto de vista social, el descontento es generalizado, la escasez de medicinas, la escasez de alimentos y la inseguridad, han hecho de Venezuela hoy un país con una gran tensión social. Que no se le ocurra al Gobierno jugar la carta de la violencia legal e ilegal para tratar de ahogar la protesta social”.
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